Diario de Viaje a Sri Lanka: Sigiriya, Polonnaruwa y Mineriya

Seguíamos recorriendo la historia de Ceilán, los lugares arqueológicos más fascinantes de esta isla exótica. Nos adentraríamos en su naturaleza y seríamos testigos de un atardecer único en lo alto de una mole rocosa y de cómo enormes manadas de elefantes sacian su sed al atardecer en un Parque Nacional.

Diario de viaje por libre a Sri Lanka con un conductor

DÍA 3 SIGIRIYA

Desayunamos en el jardín de las delicias de nuestro hotel y pronto se presentaría el que sería nuestro conductor para los próximos días. Sangeeth es el hermano de Sisira, con quien habíamos contactado unas semanas antes y nos dio buen precio además de mostrar seriedad en todo momento.
Mientras desayunábamos, se presentó el conductor del hotel, Akila, a quien conocíamos de unos días antes y se puso un poco impertinente, no le había sentado bien que no contratáramos sus servicios y estaba molesto. Nos llegó a incomodar un poco, pero nos zafamos de él como pudimos y seguimos con nuestro emocionante viaje.
Con el hermano de Sangeeth habíamos acordado la ruta pero él nos aconsejó algún cambio, no de las visitas, que serían las mismas, sino del orden de las mismas. Lo pensamos un poco y aceptamos su sugerencia, al fin y al cabo él conoce más el terreno.
El primer alto en el camino fue el Buda de Aukana (500 rupias), una impresionante imagen del maestro que se alza majestuosa con sus 12 metros de alzada, emergiendo directamente de la roca.

Buda de Aukana - Sri Lanka 
Estuvimos un rato ensimismados viendo tan imponente imagen cuando a nuestro alrededor comenzó a pulular un montón de gente engalanada. Pronto se resolvieron nuestras dudas pues una pareja de novios bajó elegantemente las escaleras posando ante los cámaras que inmortalizaban su día.

Buda de Aukana
Nos mezclamos con los invitados, fuimos testigos de las ofrendas depositadas a los pies de Buda y nos fuimos con la sensación de haber sido testigos de un momento muy especial.
Nuestra ruta nos llevó hasta Sigiriya y Sangeeth nos recomendó un hotel en la zona. Lo vimos y es un lugar encantador, con piscina, pero se escapaba un poco de nuestro presupuesto así que nos fuimos al lugar que nos habían recomendado Luis y Sabine de Siuler Viajes y Fotos, el Sigiriya Cottage.
Es un poco más modesto pero más que suficiente para nuestras necesidades así que cerramos el acuerdo y, tras acomodarnos, salimos directos hacia la roca.
Era media mañana cuando nos plantamos en la taquilla de una de las mayores atracciones de Sri Lanka y Patrimonio de la Humanidad.
Pagamos los 30$ de la entrada. Algunas guías recomiendan subir a primera hora de la mañana para evitar las horas de calor. Si bien es verdad que cuando llegamos la temperatura era elevada, gran parte del ascenso se lleva a cabo por la sombra y de este modo subes a la cima con menos gente alrededor.
Los jardines reales nos dirigen hacia la gran mole, que no podíamos dejar de mirar en una combinación entre impresionados por su envergadura y angustiados por lo que anticipábamos iba a ser una subida extenuante.
Roca de Sigiriya
Cerca del pie de la roca, varias piedras enormes y senderos nos acercaban a las escaleras e iniciamos el ascenso. Pocos minutos después llegamos a una escalera de caracol, cerrada para evitar caídas, que no consigue impedir que subamos impresionados por las vistas y su verticalidad.

Escalera de caracol en Sigiriya 
Esta escalera lleva directamente hasta unos delicados y sugerentes frescos pintados al refugio de una abertura conocidos como Las Damas de Sigiriya. Pinturas policromadas cuyo origen es incierto, lo que para algunos son los retratos de concubinas del Rey Kassape para otros son apsaras o ninfas celestiales. Lo que sí que es seguro es que son  bellísimas.
Frescos- Damas de Sigiriya
A continuación se accede al muro de los grafitis o Mirror Wall, ahora protegido por un cordón contra los actos vandálicos, es una pared donde los turistas de antaño dejaron grabadas en lengua pali su admiración por las bellas y misteriosas damas y por los artistas.

Mirror Wall - Sigiriya
La caida vertical impone hasta al más valiente.
Así, casi sin darnos cuenta, llegamos hasta las garras del león. Una de las imágenes que más ansiábamos contemplar y que no nos defraudó. Es la única parte que ha quedado en pie de un colosal león de piedra, de entre cuyas garras parten las escaleras que nos llevarían a la cima.

Garras de león - Sigiriya 
En esta zona hay unos nidos de avispa que a veces atacan a los visitantes, por lo que es recomendable no subir gritando ni haciendo ruidos excesivos. Nosotros no vimos ninguna ni tuvimos ningún percance pero antes de salir de viaje lo habíamos visto en un documental de naturaleza. De hecho, los trabajadores de la zona van cubiertos con chubasqueros o chaquetas para prevenir ataques.
Aquí comienza una subida por unas estrechas escaleras metálicas que imponen de nuevo por las vistas de su caída vertical y en unos minutos nos encontramos en la cima de la roca, rodeados de monos, perros y gatos. Es una planicie salpicada de ruinas, restos de edificios y estanques y donde sopla fuertemente el viento. No hace falta decir que las vistas desde aquí son espectaculares.
Descendemos tranquilamente y tras el asueto para la comida nos disponemos a escalar otra roca: Pidurangala.
Subimos con el tiempo suficiente para llegar a su cima al atardecer. Son 300 rupias y conviene llevar un guía porque el camino es complicado. Nosotros subimos con Sangeeth que nos hace gratis este servicio.
Esta subida es más ardua que Sigiriya, no solo porque se adentra en el bosque y no está señalizado, sino porque a veces tienes que escalar alguna roca enorme. A mitad de camino, aparecen de forma inesperada los restos de un monasterio con un enorme buda yacente. Y a partir de aquí todo se complica, desaparece el sendero y hay que trepar y encaramarse a las rocas. Si no hubiera sido porque nos acompañaba nuestro conductor, creo que no habríamos dado con la cima.
Ascenso Pidurangala
Sin la ayuda de Sangeeth no habríamos llegado
Eso sí, merece la pena. Arriba nos situamos directamente frente a la gran roca que habíamos visitado por la mañana.
Vistas de Sigiriya desde Pidurangala
La mejor vista de la roca de Sigiriya se obtiene desde lo alto de Pidurangala
Y pronto seríamos testigos de uno de los atardeceres más bellos de Ceilán.
Atardecer en Pidurangala - Sri Lanka
La parte negativa es que el descenso lo haríamos de noche, apenas alumbrados por las linternas de los móviles y una pequeña linterna que siempre llevamos en la mochila. Es recomendable, si queréis ver el atardecer no olvidar llevar algo de luz.
Se había hecho bastante tarde y nuestro hotel había cerrado la cocina así que nos fuimos al local rasta de un amigo de Sangeeth donde nos hacen una barbacoa colosal de pescado y verduras a la brasa.

DÍA 4 POLONNARUWA Y MINERIYA

Un nuevo jardín para desayunar y unos monos muy atentos observaban todos nuestros movimientos. Pasaban un poco de las 7 de la mañana cuando pusimos rumbo a Polonnaruwa.
Se trata de unas ruinas budistas, a nuestro parecer más interesantes que las de Anuradhapura.
Una vez pagamos la entrada (3250 rupias) nos dirigimos al Palacio Real y Estanque donde buscamos unas cabezas de cocodrilo esculpidas.
Los monos y langures son los reyes del lugar y nos ignoran mientras nosotros nos dedicamos a observarlos expectantes.

Polonnaruwa - Sri Lanka
Pasamos por el Siva Devalaya y nos adentramos en el Cuadrángulo. El primer edificio es el Thuparawa Gedige con su techo casi intacto y varias estatuas de Buda en su interior.
Justo enfrente el Vatadage es una impresionante capilla circular donde se recogían reliquias. Cada una de sus cuatro entradas está custodiada por guardianes de piedra y una piedra de la luna.

Vatadage - Polonnaruwa 
La más famosa y mejor conservada es la de la entrada norte. La piedra de la luna es un semicírculo con varias secciones que representan elefantes, caballos y ocas cada uno de ellos con una cualidad especial.
Descalzándonos y accediendo a su interior se descubren las cuatro estatuas de buda sentado.

Guardianes de piedra - Polonnaruwa 
De nuevo nos recuerdan una y otra vez no dar la espalda a buda ni pisar con zapatos nada a partir de la piedra de la luna.
Justo al lado está el Latha Mandapaya, encerrado tras una original valla de piedra.
Polonnaruwa - Sri Lanka
Dejando atrás el Hatadage y caminando hacia el este contemplamos el extraordinario Gal Pota, el libro de piedra de 1,5 metros de ancho por 9 de largo, con una inscripción que hace referencia al Rey Nissanka Malla.
Justo a su derecha el curioso Satmahal con forma de zigurat que se levanta solitario con sus seis niveles.
Fuimos al Grupo Norte donde visitamos la enorme dagoba Rankot Vihara, en ladrillo y con 55 metros de altura.
Dagoba Rankot Vihara - Sri Lanka
El Buda Seema Prasada es la sala de audiencias de un monasterio y justo al lado se eleva una estatua de Buda sin cabeza de 18 metros de altura, el Lankatilaka
La Dagoba Kiri Vihara se decía que era la mejor conservada sin haber sido restaurada, sin embargo ante nosotros apareció totalmente blanca, por lo cual ya no debe de ostentar ese título.
La visita estrella del día es el Gal Vihara, en donde cuatro budas de granito descansan bajo un fragmento de roca, aunque solo vimos tres de ellos pues uno estaba siendo restaurado.
Uno sentado, uno de pie de 7 metros y otro reclinado, o más bien muerto, como podemos ver por la disposición de sus pies y por sus ojos entornados, éste de 14 metros.
Gal Vihara - Polonnaruwa
La belleza de estas esculturas nos dejó sin habla, la textura de la piedra, que casi asemeja madera, sus delicados rostros y la serenidad de sus expresiones hacía que no pudiéramos dejar  de mirarlos.
Detalle Gal Vihara - Polonnaruwa
Eso sí, aquí los vigilantes son muy estrictos y constantemente tocan sus silbatos o llaman la atención si te despistas un momento, perturbando la tranquilidad que las esculturas nos transmitían. Un poco sobresaltados por tantas llamadas de atención a todos los que estábamos allí, nos marchamos aun con la imagen reposada de los budas en nuestras cabezas.
Antes de salir del recinto haríamos dos paradas más: la casa de la Imagen Tivanka y el pequeño estanque con forma de flor de loto.
La casa, a pesar de estar en restauración, deja ver todavía su grandiosidad de tiempos pasados.
Tras la comida nos marcharíamos directamente a las puertas del Parque Nacional de Mineriya.
Aquí, Sangeeth se había puesto en contacto con la agencia Akila Village & Lake Adventures y por 5000 rupias haríamos el safari en un jeep privado los cuatro. Nos pareció adecuado en relación a lo que habíamos visto que cobraban cuando preparábamos el viaje a otros viajeros. La entrada al parque vuelve a ser otro abuso: 2.556 rupias entre tasas, entradas y cargos varios.
Nos adentramos de lleno en la jungla, dando botes en la parte trasera del jeep, que nos trajo a la memoria nuestro viaje a Tanzania apenas un año atrás. El sol azotaba implacable.
Alcanzamos el lago y pronto nos asombramos con la gran manada que emergió de la selva y que contaba con más de 30 miembros. Volvíamos a disfrutar de la naturaleza y de la fauna y cuando aún no nos habíamos repuesto de la emoción, apareció entre la espesura un elefante tras otro,  más de un centenar.

Parque Mineriya - Elefantes en Sri Lanka 
Parecían varias familias que en grupo salían de la seguridad de la selva para beber agua y a darse su chapuzón diario.
Elefantes en Sri Lanka
Un baño vespertino en familia
Elefantes en Sri Lanka  
Decir que fue una tarde maravillosa se quedaría corto.
En el jeep, nos dirigimos hacia Habanara donde el día anterior habíamos reservado un tratamiento ayurvédico para las chicas por 2.500 rupias cada una.
La señora que me lo dio me indicó que es doctora ayurvédica y tras embadurnarnos completamente el cuerpo y la cabeza con aceites esenciales nos masajean todo el cuerpo, de la cabeza a los pies. Tras esto, nos llevaron a una cabina de madera donde nos relajamos en un baño de vapor con diferentes hierbas y oliendo muy bien  pero con el aceite todavía en nuestra piel, salimos a cenar.
La noche nuevamente la pasamos en Sigiriya y elegimos para cenar de nuevo el Rasta Bar porque nos gustó mucho la noche anterior y así ponemos fin a un día emocionante en un ambiente muy relajado.

Barbacoa cingalesa
Tips de Viaje:
 - Es posible encontrar vuelos baratos a Sri Lanka, con escalas en diferentes aeropuertos. Nosotros hicimos nuestra escala en Londres y desde allí una parada técnica en Malé, capital de Maldivas donde descendieron y subieron pasajeros.
- Nuestra experiencia con el conductor no pudo ser mejor. En este caso, recomendamos y confiamos en Sangeeth. Os dejamos su página web Sangeeth Lanka Travels y su mail por si queréis consultar: shan_weerakon@yahoo.com. Esta recomendación está basada en nuestra experiencia personal. A lo largo del viaje nos encontramos con otros conductores con más picaresca y menos profesionalidad, que no vamos a recomendar. (Actualización sept. 2015: dos lectores de nuestra página han contratado por separado con Sangeeth y han regresado con excelentes comentarios y referencias, así que seguimos recomendando a este conductor. En 2023 mi familia ha viajado con Sangeeth durante 17 días, les ha acompañado durante toda su estancia en Sri Lanka y les ha buscado hoteles según el presupuesto acordado. Solo tienen buenas palabras y agradecimiento por hacerles un viaje tan especial) 
 - Los hoteles los íbamos reservando sobre la marcha y pensamos que es posible conseguir mejores precios que haciéndolo con antelación. Pero es mejor informarse antes de lugares con gran afluencia de turismo o fiestas nacionales y anticiparse a la posibilidad de quedarse sin alojamiento en alguna ciudad. No obstante, si preferís hacerlo por adelantado os recomendamos nuestra página de referencia Centraldereservas.com que ofrece precios muy competitivos y su trato al cliente es inmejorable.
- En anteriores entradas de Sri Lanka ya os hemos comentado la posibilidad, que para nosotros fue de gran utilidad, de llevar unos calcetines viejos en la mochila para caminar por templos y santurarios donde te hacen descalzar. En otros viajes lo hemos hecho por higiene, sin embargo en Sri Lanka hay zonas donde las piedras y la tierra es realmente molesta y dolorosa, también para protegerlos de suelos muy calientes, de modo que los calcetines nos sacaron de apuros. Tanto es así que acabaron destrozados y en la basura al final del viaje, una vez cumplieron su misión, proteger nuestros pies.
- La comida no es tan variada como en otros países asiáticos que hemos visitado. De hecho, el rice and curry es el plato estrella de la dieta cingalesa, pero en la mayoría de las ocasiones, tan picante que no podíamos terminar el plato.
Rice curry en Galle

Por lo visto, este plato se prepara a primera hora en los restaurantes y por eso no es posible pedir luego una variedad menos picante. Lo más socorrido durante todo el viaje fue tirar de la comida china, muy extendida en el país y más apta para nuestros paladares. Cocinan muy bien el arroz y los noodles en cualquier restaurante y hotel, así como el cerdo agridulce.
- Podéis leer nuestros primeros días en Sri Lanka, en Anuradhapura y Mihintale 
- El viaje continua en Dambulla y Kandy  , nos trasladamos hasta el Hill Country, las tierras altas y continuaremos visitando Ella y alrededores, para terminar en Mirissa y Galle.

14 comentarios:

  1. Todavía no me puedo creer que exista un lugar en el mundo tan fascinante como Sri Lanka. Me declaro fan incondicional de este país. Precioso relato de tu visita, como me gusto Polonnaruwa y Mineriya. Un abrazo.

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    1. A nosotros también nos encantó el país, es cómodo para el viajero, todavía asequible (aunque no tanto como otros del sudeste asiático) y desde luego maravilloso.
      Seguiremos intercambiando impresiones sobre este país.
      Besos

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  2. Pues con el arroz picante tendría un problema porque no me gusta la comida que pica mucho... ayyy! Por cierto, qué miedo bajar de donde estuvistéis viendo el atardecer cuando era ya de noche!! Pufff!! Con lo patosa que soy habría bajado rodando! jajaja

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    1. Si yo bajé sana y salva, cualquera puede ;-)
      pero es cierto que daba cosa porque era noche cerrada y estábamos en mitad de la selva.
      Besos

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  3. La verdad es que es un país que en principio nunca se me había pasado por la mente, pero como siempre que te leo... va subiendo puesto.
    Fascinante relato Mónica, enhorabuena.

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    1. Aaaay, gracias por tus palabras. Ya sabes que nos encanta inspirar a otros viajeros y si son grandes como vosotros es todo un honor.

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  4. Wowww espectaculares sitios!! me ha parecido todo una maravilla, templos y esas manadas de elefantes, vaya subidón ver tantos juntos. Ultimamente he leído bastantes entradas de Sri Lanka y la verdad me está entrando el gusanillo, bueno, realmente me atrae Asia entera. Me han encantado todo lo que nos cuentas y las fotos, una pasada!! Un saludito :)

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    1. Seguro que te encantaría Caliope. Gracias por tu comentario.
      Besos

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  5. Impresionante Sri Lanka. Un país que del ostracismo está pasando a ser más visitado poco a poco.
    Las fotos y tu relato, lo dicen todo. Un país que tiene nucho que ofrecernos.
    Viendo lo de Sirigiya Rock, me has hecho recordar el vértigo que se pasa en aquella escaleras medio oxidadas que van pegadas a la pared de la roca antes de ver las pinturas Mirror wall.
    Felicidades! Saludetes :)

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    1. Gracias por tus palabras Carlos.
      Es cierto que poco a poco se está convirtiendo en un destino turístico de primer nivel. Pero desde luego tiene lugares que merecen el viaje.
      Saludos,

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  6. Impresionante relato!! Qué buena pinta tiene el país. Cuántos días estuvisteis en total? Y se puede saber por cuanto os salió?
    Gracias!!

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    1. Hola, me alegro mucho de que te guste el relato y el país.
      Sin contar los vuelos, porque aquí puedes jugar mucho con el precio, variando días y escalas, la estancia allí nos salió por unos 700€ por persona por 16 días en Sri Lanka. Teniendo en cuenta que íbamos un grupo de 4 personas y los transportes compartidos nos salían mucho más baratos. Los alojamientos eran de gama media, sin lujos pero aceptables, con baño privado y por un máximo de 35€ la noche por habitación doble. Puedes verlos en nuestro post sobre alojamientos en Sri Lanka.
      Lo más caro son las entradas a los recintos arqueológicos y parques.
      Espero que te sirva de orientación y no dudes en preguntarnos lo que necesitéis.
      Un saludo,

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  7. Ricardo Lafita Pérez.13 de septiembre de 2017, 19:17

    Estupendo relato que prometo releer cuando decida ir a Sri Lanka. Acertar con el conductor es muy importante y condiciona mucho el transcurso del viaje.

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    1. Sí, Ricardo, como bien sabes un conductor puede hacer que tu viaje sea perfecto o amargarlo. Con Sangeeth tuvimos suerte y otros lectores nos han ido contando que bien con él y con los chóferes que envía, sin embargo nos hemos enterado una mala valoración por lo que incidimos en la importancia de insistir en que sea de confianza.
      Recomendamos que si contactáis con Sangeeth digáis que vais de nuestra parte, no ganamos comisión ni nada, pero creo que se esmerará por quedar bien ;)

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