Seguíamos disfrutando de las delicias de la Riviera Maya, con sus playas de ensueño, sus ruinas mayas y sus cenotes el fin del viaje fue la guinda para unos días perfectos.
DIA 9
Y a pesar de que Riviera Maya es sinónimo de descanso y relax, no lo fue para nosotros. Nuestro día comenzó temprano en Villa Tortuga, desayunando en nuestra acogedora cabaña.Pronto nos pusimos en marcha, la primera parada: Akumal playa. El Centro Ecológico seguía cerrado, tal vez era muy temprano, pero todavía no me daba por vencida de poder hacer con ellos alguna actividad. Pero no sería en ese momento.
Nos acercamos a una de las casetas que organizan snorkel con guía: Piratas de Akumal. Llevábamos nuestros equipos y aun así no nos rebajaron nada. El precio por una hora con el guía y el alquiler de los chalecos es de 300 pesos por persona.
Estuvimos una hora dentro del agua. Era muy temprano y el mar estaba muy tranquilo, todavía había muy poca gente así que nos pareció un buen momento para esta inmersión.
Entramos en el agua y enseguida aparecen las primeras tortuguitas comiendo en el fondo. Es muy importante no molestarlas, no acercarse a ellas manteniendo unos 2 metros de distancia y por supuesto no tocarlas. Además hay que retirarse en el momento en que estos magníficos animales suban a respirar para no entorpecerlas.
Nos fuimos hacia un pequeño arrecife en donde vimos infinidad de peces de muchos colores y tamaños y justo entonces apareció una pequeña manta-raya que se escondió dentro del coral.

Nadamos un poco más hasta que nos topamos con una enorme manta que pasó por debajo de nosotros y nos dejó asombrados. Fue, una vez más una maravillosa experiencia.
Vestidos y cambiados nos fuimos hacia Coba, tomando la dirección a Tulum.
Cobá es otro enorme complejo arqueológico, pero a diferencia de los que habíamos estado visitando, su cercanía con la Riviera Maya, hace que lo visitemos junto con cientos de turistas más. La entrada son 57 pesos por persona y el parking 40.
Este recinto se encuentra parcialmente cubierto por la selva, lo que según se dice, le da mucha similitud con Tikal, con la que tuvo relaciones comerciales.
La joya del lugar es la Gran Pirámide, llamada NohochMul o Colina Grande. Subiendo sus 110 peldaños alcanzaríamos sus 42 metros de altura y pudimos divisar selva interminable y las lagunas que rodean la zona.Cobá es otro enorme complejo arqueológico, pero a diferencia de los que habíamos estado visitando, su cercanía con la Riviera Maya, hace que lo visitemos junto con cientos de turistas más. La entrada son 57 pesos por persona y el parking 40.
Este recinto se encuentra parcialmente cubierto por la selva, lo que según se dice, le da mucha similitud con Tikal, con la que tuvo relaciones comerciales.
Lamentablemente, son muchos los que se habían acercado a visitar estas ruinas y nos tocaba subir rodeados de gente, siendo además, más peligrosa que otras que visitamos pues este constante devenir de personas hace que sus escalones sean muy resbaladizos.


Al terminar la visita, nos fuimos a comer unos sándwiches de queso de Oaxaca que habíamos preparado nosotros mismos, a la orilla de la laguna con la expectativa de ver algún cocodrilo pero no tuvimos suerte.
Como íbamos bien de tiempo decidimos visitar Tulum, pero antes, haríamos una parada en el Grand Cenote que está de camino. La entrada son 100 pesos.
Con los bañadores puestos bajamos hasta la orilla del agua, con el equipo de snorkel pudimos ver pececillos y alguna tortuga.

Una vez pagada la entrada (57 pesos por persona + 60 de
parking) vamos a una taquilla que hay allí mismo, que vende entradas para Xel-Ha
con 5 $ de descuento por cada entrada (900 pesos por persona por la entrada de
todo incluido con comidas y bebidas). Si pensáis visitar el parque es
interesante comprar aquí la entrada y ahorrarte un dinerillo.
Desde el parking hay un pequeño tren que te acerca hasta el
recinto, pero decidimos caminar de nuevo un poco.
Con nuestra guía en la mano y su plano de las ruinas, nos es
fácil identificar cada edificio y leer algo de información sobre cada uno.
La edificación más imponente es el Castillo, así llamado por
los españoles, se alza sobre el acantilado bañado por aguas azules cristalinas
en contraste con la blanca arena, la imagen es realmente idílica.
Se dice que es la primera urbe que los españoles avistaron y que su esplendor les recordó a Sevilla.
El recinto arqueológico no es muy grande, está muy bien
cuidado y representa un agradable paseo disfrutando de las vistas, las ruinas y
del paisaje en general. Con caminos marcados y un césped cuidado la visita es
una de las más atractivas del lugar.


Terminamos nuestro día en el bar de la playa tomando unos
margaritas antes de la cena que sería en Villa Tortugas, nuestro B&B.
Nos habían preparado una romántica mesa en el jardín, con
velas y música de ambiente y fuimos agasajados con una deliciosa lasaña en
compañía de los gatitos de la casa.
Terminaba un gran día en Riviera Maya con muy buen sabor de
boca, ruinas mayas y cenotes nos habían hecho soñar con tiempos pasados y con
esas imágenes aun en nuestras retinas descansaríamos plácidamente en nuestra
acogedora cabaña.
DÍA 10
He de decir que no fue mi día favorito del viaje.Todo el mundo nos había hablado maravillas del lugar y pensamos que no podíamos dejar de visitarlo en nuestra visita a Riviera Maya, así que temprano, anticipando la gran afluencia de visitantes, nos dirigimos hacia Xel Ha.
Cuando estamos llegando, nos desvían del aparcamiento porque se está celebrando un triathlon y estaba todo colapsado, así que tuvimos que aparcar en un pueblo de al lado y la organización nos trasladó en bus hasta el parque. Se respira un ambiente deportivo en los alrededores y hay mucha gente, lo que nos hizo preguntarnos si habríamos elegido bien el día para nuestra visita a Xel Ha.
En las taquillas cambiamos el ticket comprado en Tulum por una pulsera azul y nos adentramos en el recinto.
Nada más entrar dejamos en depósito nuestra crema solar y la cambiamos por unos sobres de crema ecológica, desde allí fuimos hasta las consignas para dejar la ropa y mochilas, recoger toallas, disponibles en todo el recinto a lo largo de todo el día y decidir nuestras visitas.
Comenzamos desayunando en el enorme buffet, completísimo, para comenzar la jornada con energía.
Nos decidimos a coger unas bicis y subir a lo alto del río, metimos nuestras chanclas, toallas y algún que otro artículo en una bolsa que con nuestro número recogeríamos a la bajada y uno a bordo de un neumático y el otro snorkeleando descendemos aguas abajo.

Tomamos un trenecito y bajamos a la laguna más grande donde volvimos a lanzarnos a contemplar el maravilloso fondo marino.
Puedes pasar el día bañándote, bebiendo cócteles, relajándote en las hamacas, comiendo, lanzándote en tirolina o simplemente paseando y contemplando la flora y fauna del lugar, con pájaros, iguanas o coatíes, incluso dando de comer a los peces, por supuesto, solo la comida que hay a disposición del visitante a lo largo del parque. Cruzar puentes, meter los pies en el agua y dejar que los peces te los mordisqueen, descubrir especies de árboles y cenotes, la verdad es que es un lugar muy bonito, aunque muy artificial.

En Xel-Ha puedes contemplar una pareja de manatíes que forman parte de un programa de recuperación y conservación de esta especie en peligro de extinción, aunque también forman parte de un pequeño circo ya que se puede pagar para nadar con ellos. De acuerdo o no con esta práctica, la verdad es que estos animales son maravillosos, enormes y nos quedamos hipnotizados contemplándolos durante un buen rato.

Para terminar el día, fuimos a cenar al restaurante El Pueblo donde sirven comida mexicana y regional. Pedimos cócteles y cerveza y lo acompañamos con algo de marisco y totopos para abrir boca. Y claro que la abrimos, nos dirigimos al mostrador de quesos mexicanos y aquí ya la abrimos del todo y nos lanzamos como leones al buffet. La comida está realmente buena y hay mucha variedad, también en los postres donde nos dimos cuenta de que somos insaciables cuando de probar cosas se trata. Pusimos fin a esta bacanal gastronómica tomando un café en tacitas de barro aromatizado con canela.
Decidimos que ya hemos tenido bastante por un día, mucha comida, mucha bebida y mucha actividad física, así que recuperamos todos nuestros enseres personales, crema solar incluida y nos dirigimos a la salida donde esperaban los autobuses para dejarnos en el parking.
Casi a rastras llegamos al hotel donde, como todas las noches, charlamos un rato con el dueño, y nos comentó que al día siguiente, lunes, era día festivo en México, empecé a temer que me iría de Akumal sin poder colaborar o pasar un rato en el Centro Ecológico.
DÍA 11
El día amaneció soleado y nos alegramos por ello, ya que era nuestro último día completo y nos apetecía esnorkelear con las tortugas por última vez.Lo primero que hicimos fue acercarnos al Centro Ecológico y confirmar que estaba cerrado y que habíamos perdido todas nuestras oportunidades.
Decepcionados nos fuimos a la playa. Como ya sabíamos donde estaban los arrecifes alquilamos un chaleco por 60 pesos para todo el día y nos lanzamos a la busqueda de tortugas y peces de colores.
De nuevo el mundo submarino se nos abrió con infinidad de colores, peces nadando a nuestro alrededor y las tortugas comiendo en el fondo del mar y subiendo a respirar son maravillosas de contemplar.
Alguien gritó: ¡barracuda! y fuimos hacia allí. Estaba debajo de una embarcación y yo no me acerqué porque me dió un poco de miedo, pero Bone sí que se aproximó un poco más.
Yo que soy de secano y tenía mis dudas sobre esta actividad, me doy cuenta de que cada vez me gustaba más y disfrutaba de lo que estaba viendo, bancos enormes de peces, corales de colores...
Pero pronto comencé a notar frio y salimos a calentarnos y a descansar bajo una palmera, donde aproveché para conversar con una canadiense que visitaba la zona con la familia.

Bone me comentó que había leído algo sobre una laguna natural que no estaba muy lejos de allí al norte de Akumal: Yal-Ku. No tardaríamos mucho en llegar, pagar la entrada (120 pesos) y descubrir que el lugar era de una belleza abrumadora.
Es un buen lugar para esnorkelear, contemplar de nuevo cientos de peces que casi casi te tocaban.
Pasamos un rato muy agradable allí, entre zambullida y zambullida y deleitándonos del encanto de la laguna.
Volvimos a nuestra querida playa de Akumal y elegimos comer en La Choza del Pescador, todo un acierto.
Por 300 pesos comimos un ceviche mixto con pescado, marisco y pulpo y un pescado el estilo veracruceño, acompañado de totopos y 3 cervezas por unos 300 pesos. Nos gustó el lugar y la comida.

Nos pusimos de nuevo en marcha, hacia el último cenote que visitaríamos: el cenote Dos Ojos, de nuevo en el camino hacia Tulum.
Desde la entrada en la carretera hasta el cenote hay 2 km.
Nos dirigimos primero hacia el Segundo Ojo. Estos cenotes están comunicados y se puede bucear y esnorkelear con guías y linternas por las cuevas. El agua no es mi elemento, así que decidimos no hacerlo, pero parece una experiencia extraordinaria.
Caminamos hasta el Primer Ojo y ahí vemos varios buzos que entran en las grutas.

Terminamos de nuevo con margaritas y cervezas a la orilla del mar contentos y muy satisfechos, relajándonos en la que sería nuestra última noche en el Caribe Mexicano.
DÍA 12
A la mañana siguiente, que saldría lloviendo, comeríamos en Playa del Carmen, junto a El Fogón del primer día y descubrimos que aun teníamos que probar más platos de la gastronomía mexicana: el huarache que es una enorme tortilla con deliciosas verduras, carne y queso por encima y un filete de arrachera, que es res y estaba tremendamente tierno. Por 230 pesos (propinas incluidas) nuestra última comida en Yucatán fue deliciosa.Cancún, nos despidió con sus moles hoteleras, sin ningún encanto. Devolvimos el coche que se había portado tan bien y nos llevaron al aeropuerto donde nos despedimos, ahora sí, de un lugar maravilloso, de un viaje perfecto, de una aventura inolvidable.
TIPS DE VIAJE
AKUMAL
Piratas de Akumal:
Una hora de snorkel, con guía y equipos 300 pesos/persona
Alquiler de chalecos un día: 60 pesos
La Choza del Pescador: platos de pescado y marisco
Yal Ku: 120 pesos por persona
Aparcamiento: unos señores mayores piden la voluntad para colaborar
COBA: entrada recinto arqueológico 57 pesos por persona + 40 pesos parking
GRAND CENOTE: 100 pesos por persona
TULUM: entrada recinto arqueológico 57 pesos por persona + 60 pesos parking
XEL HA: entrada todo incluído 900 pesos por persona (5$ descuento por comprar tickets en taquillas de Tulum)
CENOTE DOS OJOS: 100 pesos por persona
OFICINA TURISMO MÉXICO envían información y documentación por correo electrónico
www.visitmexico.com
contacteurope@visitmexico.es
DIARIO DE VIAJE: etapas anteriores
Primera etapa: ciudades coloniales, cenotes y ruinas mayas
Segunda etapa: ruta de los conventos, ciudades de piratas y ruinas puuc
Tercera etapa: Calakmul, Bacalar y Riviera Maya