Escapada por El Maestrazgo

Con un clima y un paisaje propios, el Maestrazgo es una comarca aragonesa con mucha personalidad. Marcada por su historia, por su orografía, este territorio merece gozar de un hueco entre los destinos turísticos más interesantes, con una oferta diversa que engloba actividades culturales y deportivas, un emergente turismo de aventura, cascos urbanos anclados en el medievo y gastronomía para todos los paladares.

Aquí contamos qué ver en el Maestrazgo en 2 ó 3 días

Invitados por Faratur, varios bloggers de viaje de Zaragoza pusimos rumbo a esta comarca fronteriza para descubrir qué la hace tan especial, tan diferente y actuar como embajadores del Maestrazgo durante un fin de semana.

Primera parada, la Iglesuela del Cid. Con este evocador nombre el pequeño municipio posee un casco histórico medieval de gran belleza, pero no sería este nuestro destino de hoy. A las afueras del pueblo, escondida entre bancales, la montaña abre sus entrañas descubriéndonos la Cueva del Turcacho, una imponente fractura que se adentra en el oscuro fondo subterráneo.

De la mano de los responsables de Geoventur, equipados con mono, arnés, casco y frontal, descendimos a lo más profundo de la tierra para descubrir formaciones casi oníricas, mares de estalactitas sosteniéndose en equilibrio contra la acción de la gravedad, formaciones de bandera con caprichosos perfiles, coladas que descendían con sus tentáculos sugiriendo animales fantásticos. Nos metimos de lleno en un mundo mágico, oscuro y silencioso que nos descubría sus secretos y nos sentimos privilegiados por estar allí.

Casi tres horas pasamos dentro de la tierra, acompañados y siempre supervisados por nuestros guías de Geoventur. Una joven empresa de turismo activo que comienza su andadura con Marcos al frente, exultante de ilusión y muchas ganas y con Carlos como ayudante de excepción. Dos jóvenes entusiastas y enamorados de la naturaleza que nos hicieron fácil lo difícil. En su página podréis encontrar todas las actividades que organizan en la zona, para todos los niveles, edades y gustos.

Fotos cedidas por Geoventur

Se hacía la hora de comer y nuestro programa se nos echaba encima así que pusimos rumbo a Cantavieja.

Un restaurante que pasa desapercibido pero donde merece la pena parar, Pensión Julián. Platos de delicias de Teruel:

jamón, cecina o queso de Tronchón entre otros se abrieron ante nuestros estómagos rugientes después de una actividad física de altura (o de bajura, mejor dicho), caldera de ternasco con patatas, absolutamente delicioso y casero y finalizando con una tarta de cuajada espectacular.

Y tras esta comida copiosa, no había tiempo para relajarse. Teníamos que descubrir las bellísimas calles de Cantavieja, la capital histórica del Maestrazgo, que nos trasladaron a épocas gloriosas desde la Edad Media hasta las guerras carlistas del s. XIX.
Su plaza es un magnífico ejemplo del gótico aragonés representada en su arquitectura civil. Porticada a tres lados y con bellas ventanas, destacan su Ayuntamiento, uno de los más antiguos de la comarca, la Iglesia de la Asunción y la casa noble.
 

Tuvimos el privilegio de subir a la torre del campanario de la iglesia, con dos cuerpos octogonales y rematada en forma piramidal, y descubrir las vistas más fabulosas de los alrededores asistiendo al concierto de sus campanas tañendo sobre nuestras cabezas a las 5 en punto. 
 


Pudimos asomarnos al mirador que regala potentes vistas de la Vega que rodea la atalaya sobre la que Cantavieja se alza majestuosa. Recorrer las calles medievales y la plaza, considerada una de las más bellas de Aragón  y que ha sido declarado Conjunto Histórico-Artístico.


De nuevo en camino, nos dirigimos a descubrir los árboles milenarios que hay en la zona. Sorprendente es el enebro de Mas de Perales que con más de 1.200 años en su haber se alza inmenso. Un arbusto mutado en árbol que ha visto pasar la historia silencioso, creciendo hasta dimensiones descomunales.
Nos cobijamos a su sombra y no pude dejar de acariciar esa vetusta madera y preguntarme qué habrá visto, quién habrá posado sus manos allí como yo lo hacía. 
 
El descomunal enebro de Mas de Perales

No muy lejos de allí, al lado de la carretera, se alzan los Pinos Viejos del Cuarto Pelado, modelados por los fenómenos atmosféricos que los han azotado desde tiempos inmemoriales.


Por un momento nos quedamos ensimismados viendo un rebaño de ovejas, cómo suben organizadas siempre vigiladas por la pastora y su perro. Una visión tan alejada de nuestras vidas, de nuestro tiempo que nos deja absortos.

El día pasa rápidamente y nos tenemos que poner en marcha hacia Montoro de Mezquita, por una carretera sinuosa y cortada que transita por Villarluego, en la que hicimos un alto para admirar un escenario geológico imponente, la magnífica formación calcárea de los Órganos de Montoro y un ave, que adivinamos podía ser un buitre, danzando sobre nuestras cabezas que hizo las delicias de los amantes de la naturaleza.
Los Órganos de Montoro son una maravilla natural formada por multitud de agujas de roca junto a la ribera del río Guadalope.
 
Los Órganos de Montoro, si miras atentamente verás a Maese Pérez a sus pies a punto de arrancar un acorde

Pasan de las 20:30 horas cuando llegamos a El Bailador, la casa rural con encanto que Mario gobierna en el pequeño municipio de Montoro de Mezquita. Una casa que pertenece a la familia desde generaciones, que fue tienda de alimentación, sala de baile y que ha sido restaurada con exquisito gusto y amueblada con muebles de la familia y enseres tradicionales, combinados con artículos más modernos.
Enseguida nos sentimos como en nuestro hogar y visitamos la morada casi como si de un museo se tratara. Curioseando, fotografiando y sintiendo la historia que el lugar nos transmite.


Pero el día no terminaba aun y, mientras Mario nos preparaba la cena, nos fuimos a la Iglesia de Nuestra Sra. de la Ascensión, donde un concierto de clarinete iba a comenzar. Un modo tranquilo y armonioso de terminar un día maratoniano y emocionante a la vez. 
 

Aunque no terminamos nuestros actos sociales así, ya que estando allí nos invitaron al vino español que Casa El Obrador había preparado para los asistentes y nosotros nos sentimos ya parte del pueblo por el maravilloso recibimiento que nos habían regalado. 
 

Cuando regresamos a El Bailador la cena está casi lista.

Chuletillas de cabrito, exquisitas

Entre los deliciosos platos caseros que Mario nos había preparado, las risas y la conversación, la noche pasa casi sin darnos cuenta y con pena tenemos que retirarnos a descansar, ya que el día siguiente se anticipaba también agitado.


Amanecía temprano, aunque para alguno más pues Bone decidió salir a correr un poco por la zona. Subió hasta la Ermita de San Pedro de la que ya se habla en el 1300. Con un paisaje espectacular y las cabras montesas como animadoras improvisadas, nos contó que disfrutó mucho de este entrenamiento, a pesar de que nadie más le quiso acompañar.

Ermita de San Pedro que nuestro runner visitó en soledad al amanecer

A las 9 nos reuníamos todos de nuevo en la cocina para desayunar y Mario nos agasajó de nuevo con un montón de productos de la zona. Jamón y queso de tronchón, pastas típicas y tostadas de buen pan nos hicieron comenzar el día con mucha energía.


Nos despedíamos de Mario y su fantástica casa para tomar el camino, en el que cabras hispánicas se cruzaron en nuestra ruta, hacia otro pueblo del Maestrazgo: Castellote, pueblo de tradición templaria que nos llevará a conocer el auge y declive de la orden en la zona. 
En su casco histórico, declarado Bien de Interés Cultural en 2007, encontramos varios edificios civiles y religiosos interesantes como la iglesia de la Virgen del Agua, patrona del pueblo y que guarda en su interior una maravillosa talla románica fechada en el s. XII.

Y quien allí nos esperaba para mostrarnos el pueblo y mucho más era Gregorio el propietario de la Casa Marcos. Una persona singular, enamorado de su pueblo, de su historia y de todo lo que lo rodea.
Desde que Gregorio se presentó y comenzó su discurso supimos que nuestra visita a Castellote sería sonada, y que la recordaríamos como una de las más pintorescas y animadas que hemos tenido la suerte de vivir, por las anécdotas y la forma única de contar las cosas de nuestro nuevo amigo.
 


Callejeamos por la parte antigua del pueblo, en lo alto del municipio, disfrutando de sus calles medievales, de sus casas palaciegas y nos adentramos en una tienda de prensa llamada la Bodega, que su apariencia exterior no anticipa en absoluto lo que esconde: como su nombre indica, bajando sus escaleras de piedra llegaremos a la antigua bodega de la casa, donde se almacenaba el vino y en una celda anexa, el aceite. Reformada por sus herederos ahora alberga un encantador lugar donde tomar algo y refrescarse tras una buena caminata pues su temperatura, sea invierno o verano, siempre es agradable.
Tinajas para almacenar aceite
Llegábamos hasta la plaza de la Iglesia donde se alza el torreón templario que en su día era una torre albarrana, exenta y extramuros con planta cuadrada, que en la actualidad ha sido absorbida por los edificios que la rodean. Esta construcción ha sufrido remodelaciones y usos variados. No en vano los más mayores aun la conocen como la cárcel.
Actualmente es un interesante centro de interpretación que nos muestra la historia templaria de Castellote, actuando como pequeño museo y biblioteca temática.

Desde aquí ascendemos directamente al castillo medieval (entrada gratuita), testigo de batallas, invasiones, historia forjada en la Edad Media a la sombra de las Cruzadas y Órdenes Militares. Esta fortificación fue mandada construir por Alfonso II de Aragón y posteriormente destruido por orden del general Espartero.

Subiendo por una empinada senda accedemos al castillo y desde allí somos testigos de los vestigios que todavía quedan como la torre del Homenaje o la enorme sala capitular.
Casi todas las villas de la comarca pertenecieron al mismo señorío eclesiástico de la Orden de Temple, confiriendo gran importancia política a la región a través de sus “maestres”, palabra que dio nombre a la actual comarca del Maestrazgo.

Descendemos montaña abajo, para cruzar bajo los imponentes arcos del acueducto y contemplar la ermita de El Llovedor, para continuar dando un rodeo y llegar otra vez al pueblo donde marcharíamos a comer a El Rececho, también propiedad de Gregorio, nuestro particular cicerone de hoy. 
 
Ermita de El Llovedor desde lo alto y Acueducto

Volvimos a degustar las delicias de la tierra: cecina, jamón y queso de tronchón, pues hemos de presumir de ellas, los platos de este restaurante son enormes y nos dejan más que satisfechos, y sus postres caseros nos hacen perder la noción del tiempo por un momento. Tomaremos vino de la zona, que la mayoría de nosotros prueba por primera vez y nos agrada mucho.


Estábamos a punto de finalizar este fin de semana turolense, y el embalse de Santolea sería quien pondría el colofón. Las aguas azules de este Pantano parecen irreales por su color esmeralda. Aquí se recogen las aguas del río Guadalope y su destino principal es el regadío. 
 

Las vistas desde lo alto, con los buitres mostrándonos su espectacular vuelo son la mejor forma de terminar esta ruta por el Maestrazgo y recordar el gran patrimonio cultural, histórico y natural de la zona.

Nos hacemos la promesa de volver y descubrir mucho más.

TIP DE VIAJE

Y para vivir una experiencia única os recomendamos dormir en la Hospedería de Allepuz, una residencia palaciega aragonesa increíble.

OTROS LUGARES DE INTERÉS

La Iglesuela del Cid y Mirambel
Pitarque y Villarluengo
Molinos y sus Grutas de Cristal
Localización de los árboles:
  • Enebro Mas de Perales. 30T 71840/449040
  • Pinos Silvestres del Cuarto Pelao. 30T 71285/449130.

DATOS DE INTERES

Faratur
Página para encontrar las mejores casas rurales de Aragón

Geoventur (Utrillas)
info@geoventur.es
Telf. reservas:
685 608 954
681 247 451
El Bailador. Casa rural sana (Montoro de Mezquita)
 info@casaelbailador.com
Telf. reservas:
978 773 108
978 842 026
Casa Marcos (Castellote)
Telf. reservas:
978 887 606
699 596 382

El Rececho (Castellote)
C/ Diseminados nº9 - Pol.Ind
Telf. reservas 978 887 606

Pensión Julián (Cantavieja)

Calle García Valiño, 6

Tlf. 964 185 005

15 comentarios:

  1. Me ha encantado el resumen que has hecho Mónica de ese finde tan especial por el Maestrazgo. La de cosas que todavía no conocemos en nuestra comunidad. Un placer haberlo compartido con vosotros.

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    1. Y nosotros nos alegramos un montón de que te guste y de haberlo disfrutado contigo.
      Espero que sigamos descubriendo mucho más en futuras incursiones.

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  2. Que pueblos y paisajes mas bonitos!! Y encima con tanta historia, ¡Templarios incluidos! con lo que me gusta ^_^
    Genial poder descubrir lugares como este.
    Saludos

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    1. Verónica, pues no te queda tan lejos, si organizas una escapada avisa. Si te gusta la historia templaria disfrutarás mucho.
      Besos

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  3. Entre la espeleologia tan chula, los platazos que os metisteis entre pecho y espalda y los pueblos tan bonitos menuda envidia que me dais maños. Articulo completo, detallado y con unas preciosas fotografías, me muero por ir! Un abrazo.

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    1. La verdad es que fue un fin de semana completo y muy divertido. Recomendamos a todo el mundo que se acerque a descubrir esta comarca tan maravillosa.
      Besos

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  4. Ohh que maravilla de fin de semana, que envidia mas sana me has dado. La cueva del Turcacho tuvo que ser una experiencia única. He alucinado con el enebro.
    Como siempre, el relato y las fotos, excepcionales.
    Un saludo
    Carmen

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    1. Gracias Carmen O
      Los pueblos, los árboles, la cueva... todo es una gozada.
      Besos

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  5. Como parte integrante de la experiencia, sólo puedo decir que es una entrada 10, como el fin de semana que pasamos, en el que hubo aventura, historia, buena gastronomía y sobre todo la mejor compañía. Cúantos tesoros por descubrir tiene este nuestro Aragón. Besicos!!

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    1. La verdad es que tenemos suerte de poder contar con tantos tesoros en nuestra propia tierra y a pocos kilómetros de casa.
      Besos

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  6. He disfrutado de tu explicación tan amena de la tierra de los guerrilleros. Hace 40 años viví y trabaje allí 9 años con residencia en Cantavieja. Sigo visitándolas varias veces al año por su paisaje y la gente acogedora que tiene. No me canso de admirar esas tierras y siempre descubro algo nuevo. Un cordial saludo a los visitantes y la escritora.

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    1. Gracias Amadeo, por dejarnos tus impresiones. Es una tierra apasionante y me alegro de haber podido trasladarte allí por un ratito.
      Un abrazo

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  7. Una buena escapada, con actividades (tengo ganas de probar con la espeleología a ver si me animo), buena gastronomía, pueblos preciosos y bonitos paisajes, perfecto! Me han entrado muchas ganas de visitar la zona!! ;-)

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    1. La espeleología, a ese nivel claro, fue muy interesante y divertida también. Pero yo creo que un nivel más avanzado me habría agotado, físicamente es un poco duro, para mi lo fue. Pero merece la pena y la zona también.
      besos,

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