Diario de Viaje a Vietnam: Sur de Vietnam

En esta última entrega nos desplazaremos al sur de del país, pasaremos fugazmente por la bulliciosa Saigon, donde cogeremos un transporte que nos llevará hasta los canales del Delta del Mekong. El último día conoceremos la terrible historia de los tuneles de Cu Chi, claves en la Guerra del Vietnam.

Diario y notas de viaje para viajar por el Sur de Vietnam, qué ver y qué visitar en 15 días en Vietnam


Día 16: Viaje de HOIAN a CAN THO

Habíamos pedido en el hotel un coche que nos llevara al aeropuerto en Danang y conseguimos dejarlo en 18$, era grande y vamos muy anchos con nuestras mochilas y todo. Pero antes pedimos al personal del hotel que nos prepararan el desayuno y es de agradecer que se levanten para hacernos un desayuno a base de te, café, zumo natural, fruta, bacon, queso, yogures... más de lo que habíamos deseado, pues contábamos con un café y algo de bollería. Excelente trato el de este hotel boutique.
Nuestro avión despegó puntual y salimos rumbo a nuestro último destino: Ho Chi Minh City.

Cuando llegamos cogimos un taxi por 7$, podríamos haber bajado algo, pero ya estaba cansada del regateo después de tantos días y nos llevó a la zona de PHAN NGU LAO, donde se concentra la mayoría de agencias y hoteles medios de la ciudad.
Teníamos muy pocos días, en realidad sólo dos y teníamos que movernos rápido para encontrar la manera de llegar a CAN THO en el Delta del Mekong.

Camino a Can Tho

Excursión a Can Tho

Nos acercamos a Kim Travel en la calle De Tham 270 con buenas referencias en foros y guías y les expusimos nuestra situación. Nos dieron dos opciones:
- Un tour privado por 80$ por persona.
- Un coche hasta Can tho por 70$ por persona.
Le dijimos que las dos opciones eran carísimas e hicimos el amago de levantarnos a lo que nos paró y nos comentó si podíamos  esperar que iba a hacer una llamada y nuestro precio milagrosamente bajó a 40$ ida y vuelta por persona. Aquí se incluía el transporte en coche, el ferry y que el conductor pasara la noche allí para traernos de regreso al día siguiente.
El viaje eran 5 horas y sabíamos que podíamos ir en bus por mucho menos, pero las fuerzas ya nos fallaban y un viaje de más de 6-7 horas en un autobús vietnamita era mucho a estas alturas de viaje.
Can Tho está a 170km de la capital y estaréis pensando ¿5 horas ?.
Pues sí. En realidad fue algo menos, ya que a Can Tho (pueblo) sólo se llega en ferry y tuvimos la suerte de no esperar fila a la hora que llegamos, pero el chófer nos dijo que a veces esperaba hasta 2 horas.

Esperando para entrar al ferry

Como no llevábamos hotel nos acercó hasta uno que él conocía. No era caro pero olía a humedad y una de las habitaciones no tenía ventanas. Fuimos al de al lado y parecido.
Así que nos fuimos a uno recomendado en la guía el XUAINV MAI.
Había una señora que nos acompañó a todos los hoteles y hasta nos hacía de intérprete espontánea.
Llovía un poco y nos mojamos, porque a la calle del hotel había que entrar andando. Y mientras nos inscribíamos en el hotel el misterio de la Señora se resolvió:
Resulta que tenía una barca y nos ofreció una excursión por el mekong, pasando por los mercados, que duraría 5 horas, y además nos daba de desayunar. El precio se cerró en unos 270.000 Dongs si mal no recuerdo, en la media de lo que habíamos leído y aceptamos.
Dejamos las mochilas y nos fuimos a "comer-cenar" ya que eran más de las 16 horas.

Can Tho

Nos sentamos en el Mekong en el 38 de Hai Ba Trung y nos comimos unos noodles estupendos. En la carta había también serpiente, pero no estábamos inspirados.
Seguimos paseando por el pueblo y nos tomamos unos batidos por el centro.

Can Tho

Después nos fuimos al hotel a descansar pues el día había sido muuuuuy largo y además teníamos que madrugar mucho, ¡otra vez!.

Día 17: El Delta y Ho Chi Minh City

A las 5:30 de la mañana, la sobrina-guía de la señora del día anterior nos vino a buscar.
Nos compró té, cafés y agua y ya en el bote nos dio unos mini-plátanos y pan para que desayunáramos.
El barquero era un curtido vietnamita que manejaba el bote con destreza.
Vimos un precioso amanecer...

 

... y pusimos rumbo al mercado de CAI RANG a 6 km de Can Tho.
Un laberinto de barcas, grandes y pequeñas, con infinidad de productos frescos se cruzaban en nuestro camino.


 
Vimos el despertar de un día normal de la gente del Delta. Cómo se asean, cómo se preparan para su actividad diaria, cómo te sonrien cuando cruzas la mirada con ellos...
Mucha gente ha hecho su hogar de los barcos más grandes. Tenían allí su familía, su perro, su ropa tendida... y por supuesto sus productos para vender.

 

Como todo en Vietnam, era un CAOS ORGANIZADO.
Salimos de aquel cúmulo de barcas y nos dirijimos al PHOG DIEN a 10 km más abajo y más auténtico.


 
Allí compramos un par de cocos para beber y algún dulce y  salimos a navegar por los laberínticos canales.
Anchos al principio y más estrechos después.

Nuestros cocos preparados

Siempre rodeados de casitas y gente en sus orillas bañándose, lavando la verdura o la ropa o simplemente saludándonos con la mano al pasar.


 
Hemos visto, a lo largo del país, que los niños nos saludan con emoción y con un alegre : Hello!!! y algunos hasta te lanzan besos.
La vida en el Mekong nos dejó con la boca abierta, por la belleza de sus paisajes, de sus gentes y por el abismo que nos separa de nuestras vidas occidentales.





 
Tras unas horas en la barquita el trasero nos dolía, y mi amiga Yoli estaba con algo de fiebre, así que el final del viaje fue duro, porque además el sol había decidido acompañarnos un día más y caía pesado sobre nosotros.
Atravesamos algún estrecho puente: como el del mono, así llamado porque la gente cuando trepa para cruzarlo asemejaba monos y ya por fin llegamos a los brazos más grandes del Mekong para llegar de nuevo a Can Tho.
Nos despedimos del barquero y de la sobrina y comimos en un restaurante frente al mercado, antes de recoger las mochilas y emprender otro largo viaje a Ho Chi Minh City.
Esta vez no hubo tanta suerte y tuvimos que esperar casi una hora para coger el ferry.
Sorteando la locura de motos, bicis, autobuses y algún coche llegamos a Saigon.

Visitar los Túneles de Cuchi desde Ho Chi Minh
Acordamos con el conductor que nos llevara al día siguiente a los túneles de Cuchi y después al aeropuerto, así nos ahorraríamos buscar un taxi.
Al lado de Kim Travel (la agencia del día anterior), había un hotel recomendado en la Guía Azul, el HOANG LI, que aunque es un poco más caro de lo habitual, como he comentado antes, la fiebre de mi compañera nos hizo aceptar y que ella descansara pronto sin buscar más hoteles.
Nosotros 3 salimos a dar una vuelta por la zona. Hay muchos bares, hoteles, restaurantes y tiendas y mucho ambiente occidental.
Las calles en Saigon son más amplias, la circulación, aunque densa es más fluida y las aceras están un poco más despejadas que en Hanoi.
El sitio que elegimos para cenar estaba en la calle Bui Vien más o menos por la mitad. Tenías que elegir los platos fuera, luego te sentaban y te los calentaban y servían.
Los tres elegimos pollo con curry servido con abundante arroz con verduras, acompañado por una sopa con mucho cilantro. Con dos cervezas y agua nos cobraron 66.000 Dongs, una ganga vamos. Al principio, los tres pensábamos que no habíamos entendido bien, pero al darle el dinero y ver las vueltas nos dimos cuenta de que habíamos cenado de maravilla por menos de 3€ los tres, sobre todo nos sorprendía porque había por ahí mucho occidental, pero en el sitio elegido brillaban por su ausencia, así que suponemos que respetaban sus precios.
Ya nosotros dos solos nos sentamos en una terraza en ALLEZ BOO, 187 Phan Ngu Lao, un bar de copas con bastante ambiente y degustamos nuestro último batido de frutas que pagamos más caro que la cena.

Día 17: Túneles de Cu Chi y regreso a casa

Último día en el país. Bone se levantó pronto y se fue a correr por Saigon y poder despedirse del país a su manera (ver entrada BONE CORRE POR VIETNAM)
A las 8 desayunamos en el Kim Café, al lado mismo del hotel, a base de huevos, fruta, zumos, tés y cafés.
Antes de las 9 ya estaba nuestro conductor esperándonos.
Pagamos el hotel y pusimos rumbo a nuestro último destino: los túneles de Cu Chi.
Estos túneles se encuentran a 50 km de HCMC, el viaje lo haríamos en el mismo coche que nos llevó al delta.
Salir de la ciudad nos llevó casi una hora, por la densidad del trafico y porque los suburbios son tan grandes que casi llegan hasta Cu Chi.
Entramos en el recinto y lo primero es ver un documental con imágenes reales de la guerra.
A continuación, un guía vestido con el uniforme del Vietcom nos enseñó unas trampas que ocultan en el suelo unas afiladas estacas de bambú, que en tiempos estuvieron envenenadas.
Un poco más adelante pudimos ver un pequeño agujero en el suelo. Es una de las entradas a los túneles que han dejado para que los turistas veamos y podamos hacernos a la idea de cómo se escondieron estos campesinos vietnamitas.
El guía dice que por contornos sólo Bone y yo podemos entrar (jejeje). Primero pruebo yo, pero me da miedo, solo entro y salgo. Bone es más valiente.


Continuamos la visita y vimos un despliegue de ingeniosas y al a vez aterradoras trampas. Preparadas con los elementos más naturales del bosque y la selva, pero que resultaban mortíferas y extremadamente dañinas para los americanos.

Trampas
Después llegamos a un recinto donde el estruendo era ensordecedor. Un campo de tiro habilitado para que los visitantes por el módico precio de 1$ puedan disparar una AK47 y otras armas de la época.

 

La visita prosiguió y llegamos a un tunel, ensanchado y preparado para los visitantes, de algo más de 100m.
Dos de nosotros nos adentramos en la más absoluta oscuridad. Teníamos que caminar de rodillas y agachados, cada cierta distancia, había salidas excavadas para que pudieramos salir si nos agobiábamos.
El camino era cada vez más estrecho y angosto e íbamos bajando niveles hasta un punto en el que Bone se tuvo que tumbar completamente. Llegados hasta aquí, retrocedí un poco, porque me dio un poco de angustia seguir agazapada en la oscuridad y tomé la última salida. Sólo quedaban unos metros para llegar, pero yo no lo sabía. y no lo pude terminar.
El guía nos iba dejando solos para que pudiéramos experimentar lo que aquella pobre gente vivió, tuvo que ser terrible.
El tour concluyó con una visita a las cocinas y viendo unas ingeniosas sandalias que dejaban las huellas al revés para despistar al enemigo.
Para terminar nos dio par comer yuca con azucar y un poco de té.
Cu Chi me pareció muy interesante pero creo que se ha dejado un poco como un parque temático y se ha frivolizado sobre lo que esta gente tuvo que vivir.
Fuimos a buscar a nuestro chófer al parking que nos llevó al aeropuerto.
Por delante teníamos 24 horas de viaje, tres aviones y varias salas de espera de hasta tres aeropuertos.
 
Nuestra experiencia en Vietnam fue increible, un viaj inolvidable.

HOTELES
- XUAVI MAI: 17 de la calle Dien Bien Phu (Can Tho). Por 12$ estaba impoluto. Habitaciones y baño muy correctos.
- HOANG LI: 256 De Tham. El hotel es caro, 22$ sin desayuno, regentado por un antiguo marinero que pronto nos dice que ha estado en España y otros lugares de Europa. Limpio pero justo para el precio.


Puedes leer el resto del viaje completo o por etapas:
- Norte de Vietnam Parte I
- Norte de Vietnam Parte II
- Centro de Vietnam
- Diario de viaje a Vietnam

Diario de Viaje a Vietnam: Centro de Vietnam

 En esta tercera entrega nos desplazamos en avión hasta el centro del país. Visitaremos la colonial Hue y la bohemia Hoian. En el camino, pararemos en el Paso de las Nubes, las Montañas de Marmol y otros lugares evocadores.
 
Diario de nuestro Viaje a Vietnam en 15 días

DÍA 10: HUE- CIUDAD PROHIBIDA

A las 5 de la mañana un taxi que Dang nos había reservado la noche anterior, nos recogió del hotel y nos llevó al aeropuerto de Hanoi para coger nuestro avión con destino Hue, que aterrizó puntual y sin complicaciones.
En el aeropuerto puedes coger un taxi o un bus, que al comprar cuatro billetes solo pagamos 3 (40.000 Dongs).
Además le das al chófer el nombre del hotel al que quieres ir y va dejando a la gente en sus respectivos alojamientos.

Nosotros nos habíamos informado sobre el THAI BINH HOTEL II donde nos dejó y donde, después de ver las habitaciones y negociar precios nos instalamos por dos noches.

Rápidamente comenzamos la visita a la ciudad por la Ciudadela, que encierra la Ciudad Imperial y la Ciudad Prohibida Púrpura (55.000 Dongs)


El recinto está plagado de templos, pagodas, balcones, puertas delicadamete decoradas, puentes... es una delicia para los sentidos.

 


Lamentablemente, comenzó a llover, un poco al principio y torrencialmente después. Hasta con los chubasqueros fue imposible continuar la visita así que decidimos salir. Por suerte pudimos ver todo lo que queríamos.

La Guía Azul recomendaba un sitio para comer. Hasta ahora esta guía había acertado durante todo el viaje así que seguimos haciendo caso.
Se trata del Lac Thien en Duong Dinh  Tieng Hag 6, en una esquina cerca de la ciudadela. El lugar la verdad es my humilde y a lo mejor ni nos habríamos parado, si embargo la comida está bastante bien, sobre todo los Crispy Noodles, el calamar relleno y los rollitos. Los cuatro con bebidas y postre salimos por unos 8€ y el dueño nos regaló de recuerdo un abrebotellas que acababa de fabricar y nos enseñó fotos que la gente le envíaba de todo el mundo utilizando su utensilio, con el Taj Mahal, la nieve o París de fondo.

Como estábamos muy mojados por la lluvia, nos fuimos al hotel y después seguiríamos nuestro tour por la bella ciudad colonial.
Tras el descanso dimos un paseo por Le Loi a la orilla del río Perfume que recuerda una avenida europea con sus bonitos edificios coloniales.
Seguimos paseando por la ciudadela y tras parar a tomar unas cervezas en un moderno café, continuamos caminando y observando la vida cotidiana de Hue hasta que llegamos al Thao Garden en el 3 de Thach Han, bastante apartado del centro.
Las chicas del hotel nos lo habían recomendado y nos habían reservado mesa, fue un pequeño capricho que nos dimos en un restaurante de lujo, aunque tampoco excesivamente caro.
Cuando entramos, nos encontramos dentro de una preciosa casa-jardín, ya en extinción en Hue, construidas por aristócratas, donde actualmente se encuentra este restaurante, exquisito por su decoración y por su comida.
El menú fijo constaba de varios platos, donde destcaron unos rollitos colocados sobre una piña formando un pavo real y un curioso postre que nos traen en un jarrón con flores y tras unos momentos de tensión, ya que no sabíamos qué es lo que nos teníamos que comer y alguna metedura de pata por intentar masticar lo que no era comestible, terminamos con la panza llena.
Cogimos un taxi para llegar rápido al hotel ya que comenzaba otra vez a llover y justo cuando entramos estalló el diluvio universal.

DÍA 11: HUE-TUMBAS IMPERIALES

Por suerte la mañana amaneció soleada, alquilamos unas motos por 10$ el día y nos fuimos a visitar las tumbas de los emperadores.
Pero antes, una parada en el mercado al otro lado del puente para comprar los típicos sombreros cónicos ya que Hue es famoso por sus sombreros bordados, de paso nos agenciamos con un bote de te de loto.

Ahora sí, comenzábamos el turismo. La primera parada fue en la Pagoda de Thien Mu.
Al llegar nos guardaron las motos a cambio de una propina, en otros lugares nos encontramos con que nos pedían que les compraras algo de lo que vendían como agua, plátanos etc.
La entrada al recinto de la pagoda, convertida en símbolo de Hue, es gratuíta. Mide 21 metros de altura divididos en siete pisos octogonales.


A su alrededor se levantan varios edificios, templos y jardines y es una visita muy bonita.

De aquí nos dirigimos con las motos a la tumba de Tu Duc (55.000 Dongs).
Es un recinto exquisito donde el emperador disfrutaba de momentos de retiro y finalmente se convirtió en su tumba. Aunque en realidad, se dice, que su cuerpo no está aquí enterrado, sino que ordenó enterrarse en un lugar secreto con un tesoro. Después mataron a todos aquellos que había trabajado en su tumba para que nunca pudiera ser revelado. ¿Realidad o leyenda?
Los lagos, los jardines y puentes, los templos... todo es de gran belleza. Además, prácticamente no están restaurados y se respira un ambiente bucólico y romántico.


Salimos, bebimos algo, porque aunque lo que veíamos era maravilloso, lo cierto es que el calor era pegajoso y nos hacía sudar como nunca.

Regresamos a nuestras motos y pusimos rumbo a la siguiente tumba: la tumba de Minh Mang.
Nos costó mucho encontrarla y dimos vueltas y más vueltas. Pero no nos importaba, pues disfrutamos enormemente del paisaje y de la gente que trabaja el incienso y los campos a los lados de las carreteras. Tras un buen rato encontramos la entrada al recinto.
Antes de entrar nos comimos unos plátanos a los que tuvimos que sacudirles las hormigas, y recuperamos fuerzas. Pagamos otros 55.000 Dongs y disfrutamos de la visita en la más completa soledad, lo que añade aun más encanto al lugar.
Esta tumba es más bonita, si cabe, que la anterior.

 


Todas las tumbas tienen una estructura similar: el acceso principal a través de una bonita puerta, un patio de los Honores donde monta guardia un ejercito de mandarines, elefantes y caballos de piedra, el Templo de la Estela donde cada emperador grababa algo, un templo para adorar al emperador, un lago o más y un sepulcro.

Como ya habíamos visto dos de las tumbas imperiales más importantes y dado que ya habíamos hecho casi tarde para comer, volvimos a Hue City con las motos y comimos en el Mandarín Café en la calle Tran Cao Van 24, justo detrás de nuestro hotel, donde el amable Sr. Cu nos enseñó su colección de fotos y presumió de haber expuesto en Francia e Italia. La comida es normal y el precio en la media.

De nuevo motorizados, terminaríamos el día viendo una clase de artes marciales en un parque al atardecer y cenando en un restaurante un poco pijo de la calle Phan Ngu Lao.

DÍA 13: CAMINO A HOIAN

En el hotel de Hue habíamos contratado un monovolumen que nos llevaría hasta Hoian haciendo varias paradas por el camino. Nos costó 60$, en Hanoi preguntamos y nos dijeron que unos 70$ así que no estaba mal y éramos cuatro a repartir.

Primera parada: LANG CO, una paradisiaca y enorme playa de blanca arena, pero aunque era temprano el calor apretaba. Paramos a ver una bonita estampa del pueblo pesquero y retomamos la marcha.


Comenzamos la subida a HAI VAN, más conocido como el "paso de las Nubes".
Arriba las vistas son impresionantes y quedan restos de un búnker estadounidense.
El siguiente receso son las MONTAÑAS DE MARMOL, cinco cerros cubiertos de vegetación que surgen del llano paisaje costero.
Cada una representa un elemento y nosotros visitamos THUY SON (15.000 D), que simboliza el agua.
La montaña está salpicada de templos, pagodas y cavernas. La más espectacular es HUYEN KHONG, una enorme gruta iluminada por un agujero en el techo. También es utilizada como adoratorio budista.



Después de recorrer la montaña durante una hora y agobiados por el calor y la humedad volvimos a nuestro coche para ir a comer a la Playa de China.
También es muy bonita y nos sentamos a almorzar en un restaurante a la orilla. La comida fue a base de pescado y marisco y no estaba mal de precio.
Nuestro largo viaje terminó cuando llegamos al único hotel que teníamos reservado con antelación, pues Hoian es una ciudad donde recomiendan hacerlo, aunque vimos bastante oferta hotelera.
El THIEN THANH BOUTIQUE HOTEL es un precioso hotel, el capricho del viaje.

En Hoian pasaríamos 3 noches, un receso en medio del largo viaje por Vietnam y un buen lugar para hacerlo, ya que la ciudad es preciosa, mágica e invita a pasear, a comprar y también tiene una magnífica playa donde reponer fuerzas.
Descansamos un rato en la piscina y después comenzaríamos el paseo.
Pronto nos daríamos cuenta de lo distinta que es esta ciudad a todas las demás que habíamos visto.
El ambiente es más bohemio, con mucha artesanía y tiendas donde comprar recuerdos.


 
Habíamos pensado hacer un curso de cocina, así que nos apuntamos para el día siguiente (ver entrada Curso de cocina en Hoian)
Nos tomamos unas cervezas al lado del río, donde los simpáticos camareros del Mr. Rin en la calle Bach Dang 62, nos hicieron pasar un buen rato con sus bromas y comentarios.

 

Se trata de un grupo de restaurantes callejeros, todos juntos y cada uno con el nombre de Mr o Ms por delante.
Luego cenamos en el DAC SAN en Tran Phu 89. Tiene menús con 5 ó 6 platos por 70.000 Dongs pero tampoco son nada especial. Probamos las famosas White Rose.

Por la noche Hoian es aun mejor. Las calles se iluminan por cientos de farolillos de colores, las calles se cortan al tráfico en el centro y suena música.

 

 Nos compramos unos dulces en un puesto callejero y fuimos caminando hasta el hotel.

 DÍA 14: HOIAN

Por la mañana, nos levantamos y tomamos un buen desayuno en los jardines del hotel.
Después nos fuimos al centro. Por 75.000 Dongs compramos una entrada que te da acceso a un templo, una congregación china, un museo, una antigua casa de comerciantes y al centro de artesanía donde además hay una representación de música y baile tradicional.
Nosotros visitamos la Capilla de la Familia TRAN, la congregación de FUJIAN donde se rinde culto a la diosa del Mar y el Templo de QUAN CONG.



 

Luego fuimos al centro de artesanía donde vimos los bailes y la música tradicional.
Comienza con músicos tocando, bailarines danzando, algún cantante... es una música complicada para nuestros oidos occidentales porque las escalas musicales en las que se basa una y otra música, occidental y oriental, son totalmente diferentes.
Los trajes son muy bonitos y la música, cuando menos, curiosa.

Después de las danzas seguimos haciendo turismo, hasta que llegó la hora de nuestro curso de cocina.
Terminado el curso nos dimos un respiro, pues el calor durante las horas centrales del día es intenso. Luego buscamos algún sitio para hacernos algo de ropa. Nada de vestidos de noche ni copias de grandes firmas, que es lo que se hacen las europeas por allí, queríamos algo de ropa de corte oriental que podamos ponernos en nuestra vida diaria.
En la guía aparece recomendado HANH HU'NG pero la dirección ha cambiado, estaban en la calle Tran Hung Dao 103 no muy lejos del hotel.
Se dice que en Hoian están los mejores modistos de Vietnam, y se nota ya que la ciudad está repleta de tiendas de ropa a medida. Las hay más lujosas, donde como decía antes te copian diseños de alta costura hasta tiendas donde te hacen cualquier tipo de ropa con la tela que tu elijas.
Nos haríamos unos pantalones de lino y dos camisas de seda por 39$, las telas son preciosas. En mi ciudad llaman la atención.
También nos hicimos un abrigo y un vestido muy bonito para una boda, por menos de 70$. Nos los fuimos a probar dos veces, ajustando pequeños detalles, antes de irnos con la ropa, y quedamos muy contentas con el resultado.


Por la tarde, tomamos un taxi por 50.000 Dongs para ir a la playa. Aquí es mejor pedir que te pongan el taxímetro ya que te puedes ahorrar unos dongs.
Llegamos al anochecer a la playa de Cua Dai a unos 5 km de Hoian.
Está rodeada de hoteles, restaurantes y tiendas de souvenirs.
La gente cena a la orilla de la playa, bien en pequeñas mesitas, bien en esterillas a la luz de pequeños farolillos. Elegimos una de las mesas y nos trajeron el menú.
Pedimos a base de marisco y pescado, pero cuando nos lo traen nos dimos cuenta de lo picante que está todo.
Las gambas y el calamar se podían comer, pero las almejas y el pescado... sólo los chicos pudieron acabárselo y a mi me gusta el picante.
Finalizada la tranquila velada, cogimos de nuevo un taxi al centro y buscamos algún puesto donde vendieran dulces. Son como bollos, de coco, soja o plátano y así terminamos la noche.
Tocaba madrugar para ir a My Son al amanecer.

DÍA 15: HOIAN Y MY SON

Aun es de noche cuando bajamos a la calle y de noche cuando nos vino a buscar una furgoneta.
Dentro de la furgo nos dieron café, agua y un bocadillo de jamón y queso y pusimos rumbo a MY SON: la tierra santa de Vietnam. Un recinto a 45 km de Hoian, con templos construídos hace 1500 años, olvidado durante siglos y donde la vegetación y la guerra han dejado huellas imborrables.
Llegamos a las ruinas cuando ya había amanecido, sin embargo, pudemos disfrutarlas en total soledad y con el "frescor" de la mañana, cuando el sol todavía no caía con toda su dureza, en este bello rincón de ruinas Cham.

 


Mereció la pena el madrugón.
Es imposible evitar la comparación con Angkor y My Son siempre pierde la batalla.
Pero su belleza reside en sus cicatrices y no en su grandiosidad, como los templos de Camboya.
Vimos grandes agujeros en el suelo de los B-52 americanos, donde la jungla se abre paso intentando olvidar.
Templos destruídos, en ruinas y algunos lamentablemente desaparecidos.
Pero My Son conserva su magia.
Nos hicimos fotos y aprendimos algo de un guía con un acento tan cerrado que hasta los angloparlantes tenían problemas para comprender, yo adiviné más que entendí.
Cuando volvimos a Hoian desayunamos en el hotel y descansamos un rato en la piscina. Bone decide irse a correr. (ver entrada Bone corre por Vietnam)
Después de un paseo y  algunas compras fuimos a comer, pensamos en ir a ver a nuestros amigos de Mr. Rin, que aún se acordaban de nosotros.
La Rosa Blanca estaba deliciosa y yo me pedí un pescado también muy bueno.
Por la tarde, queríamos terminar nuestra estancia en esta preciosa ciudad volviendo a la playa para cenar.
Aun nos dimos un remojón y nos sentamos en una de las esterillas de nuevo a la luz de los farolillos.
Esa noche la cena fue menos picante, aunque tardaron en traerla, estaba bastante rica.



A la mañana siguiente, habíamos pedido un coche que nos llevara al aeropuerto en Danang y conseguimos dejarlo en 18$, era grande e íbamos muy anchos con nuestras mochilas y todo. Pero antes pedimos al personal del hotel que nos prepararan el desayuno y es de agradecer que se levantaran  para hacernos un desayuno a base de te, café, zumo natural, fruta, bacon, queso, yogures... más de lo que habíamos deseado, pues contábamos con un café y algo de bollería. Excelente trato el de este hotel boutique.
Nuestro avión salió puntual y partimos rumbo a nuestro último destino: Ho Chi Minh City.

Podéis leer los diarios de la primera parte del viaje en: Norte de Vietnam Parte I y Norte de Vietnam Parte II
Y el viaje termina en el Sur de Vietnam

HOTELES
  •  THAI BINH HOTEL II: Luong The Vinh 2 (Hue). Hotel correcto, con habitaciones grandes. Bien ubicado y con restaurantes cercanos. Desayuno incluido, no es buffet, tienes algunas cosas como tortillas, crepes, zumos, café y te que entran y otras que tienes que pagar. Dispones en el hall de ordenadores con conexión a internet. Te recomiendan lugares para cenar, reserva de coches y motos, etc. 19€ la habitación.
  • THIEN THANH BOUTIQUE HOTEL: Ba Trieu 16 (Hoian). Hotel con mucho encanto, con vistas a los arrozales, piscina y con muy buen desayuno continental en la terraza. Internet en el hall. 55$ la habitación

RESTAURANTE BAOBAB ZARAGOZA


Hay un restaurante en Zaragoza al que solemos ir bastante por su calidad, originalidad y por si esto fuera poco, por su precio.
Se trata del Baobab, en la C/ Arzobispo Apaolaza nº 19.
Anteriormente, se ubicaba en un pequeño local muy acogedor, de la misma calle, pero siempre estaba lleno y por fortuna para los que nos gusta comer allí, se trasladaron a un local más grande, con una decoración moderna y manteniendo su calidad y personalidad, además siempre exponen cuadros o creaciones que hacen que te recrees los sentidos mientras comes.


Su cocina es vegetariana, pero no os llevéis las manos a la cabeza. Muchos son a los que he llevado a este restaurante y han salido encantados a pesar de sus reticencias iniciales.
Y es que no es verde todo lo que allí se come.
Un ejemplo, este es el menú del día que se puede tomar durante esta semana en El Baobab:
Hemos elegido para comenzar una crema de puerros y calabaza y un salteado de habas y setas con vinagreta de menta. Ambos platos estaban muy ricos.

Salteado con vinagreta de menta: a la Libreta Monikine se le hace la boca agua!!!
Crema de puerros y calabaza
Pero los segundos estaban aun mejor: unas berenjenas a los tres quesos espectaculares y unas bolitas de legumbres con salsa de yogurt también muy sabrosas.

Bolitas de legumbres con salsa de yogurth
Berenjenas a los 3 quesos: Monikine ya no puede más!!!

 De postre una tarta sacher y un batido de kéfir con fruta.

Cuando vió la tarta sacher la Libreta se desmayó
Siempre todo con una presentación muy cuidada y un servicio atento. Nosotros no es que vayamos todos los meses pero sí varias veces al año y varían bastante los menús, así que puedes probar cosas distintas cada vez que vas.
Este menú con la bebida y el pan, sale por 16€. Y si comes a la carta tampoco suben mucho los precios. Puedes compartir varios primeros y pedir segundos individuales. Antes preparaban menús para grupos y estaban muy bien, espero que sigan con esta costumbre.
Además la cantidad es muy adecuada, casi podríamos hablar de raciones grandes y sales siempre lleno.
En resumen, un restaurante que me encanta y casi seguro a nadie defraudará con comida casi tan sugerente como su nombre.

ACTUALIZACIÓN 2014: Últimamente parece que la carta ha subido bastante sus precios, los menús del día pueden merecer la pena, pero pedir a la carta ya no es tan económico como lo solía ser. Una pena porque va a dejar de ser uno de nuestros restaurantes de referencia.

El Barranco del Tranco (Teruel)


Cerca de Teruel hay un pueblo que se llama Villel y que en sus alrededores esconde una joya: el Barranco del Tranco.
Se puede hacer  una caminata circular de unas 3 horas y que a mitad de camino te lleva a una grieta estrecha que se ha acondicionado con grapas metálicas para facilitar el ascenso.
Dejando en coche cerca de la Fuente de Villel hay que seguir dirección al Santuario de la Fuensanta y El Embalse. Al Santuario se puede llegar en coche, no se si será posible en todas las temporadas.
Casi sin darnos cuenta llegamos al santuario y paramos a almorzar (es que nos gusta mucho comer…)

Santuario de la Fuensanta

Después subimos un poco por el monte, para luego bajar hasta el agua de El Embalse, cruzar un puente y ya estás cerca del precioso barranco. Desde el puente se ve el colorido de la tierra, casi como el cerro de los 7 colores, en Purmamarca (Argentina).

Cerro de los 7 colores aragonés

Ya en el interior, la luz juega con la roca y ambas dibujan bonitas imágenes. La grieta, a veces nos recordaba a Antelope Canyon en Arizona, salvando las distancias por supuesto, parece que hoy tenemos el día un poco nostálgico, pero seguimos en Aragón, América queda a muchos kilómetros de aquí.

 


 
Se sube con bastante facilidad, gracias a las grapas y escalones que han colocado y la verdad, es que disfrutamos muchísimo de la caminata, es la parte más bonita de todo el recorrido.


 


Ya arriba seguimos en ascenso hasta llegar a lo más alto y acompañados de las grandes aves, que planeaban sobre nuestras cabezas, pudimos ver espectaculares vistas.
Comenzamos el descenso y llegamos de nuevo al pueblo.
Es recomendable llevar agua, para hidratarse durante la caminata.
En Villel repusimos fuerzas en el bar El Cazador, donde nos hidratamos de nuevo y nos comimos unas cortezas caseras riquísimas.
Decidimos ir hasta Teruel para comer unas raciones en el bar Gregory, en el Paseo del Óvalo, ricas y consistentes, es famoso entre los locales.




Jamón de Teruel

Así terminamos una excursión bastante asequible, tranquila y que fue para todos el descubrimiento de un lugar de gran belleza.

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