
El manido tópico que se dice de India: que nunca te deja indiferente.
Sin embargo, no deja de ser una
realidad. Te podrá gustar o no, la podrás odiar o amar, o simplemente viajarás
allí y volverás a tu casa, pero algo habrá cambiado para siempre.
Para nosotros no ha sido ni el
viaje en el que más hayamos disfrutado, ni el país más bonito que hayamos
visto, pero sí que podemos decir que ha sido el viaje más impactante que hemos
hecho y creo que jamás haremos.
Y ahora hagamos algunas
reflexiones personales:
-
Conductor:
Una forma cómoda de conocer el Rajastán es contratando a un conductor,
conocedor de los lugares y diestro en el difícil arte que es conducir en India.
Queremos
compartir nuestra experiencia con el que fue nuestro conductor y amigo durante
12 días. Contactamos con Mahendra por mail y rápidamente nos dio un presupuesto
en función de los kilómetros que queríamos
hacer y el coche que preferíamos. Es una persona muy atenta, pues respondía
a todos nuestros correos enseguida.
Puso a nuestra
disposición un Toyota Innova, grande, pues íbamos 4 personas y un conductor que
en nuestro caso hablaba inglés, pero tiene otros que hablan algo de español,
los gastos de tasas, parking, peajes… estaban incluidos en el precio.
De Dill,
nuestro chófer no podemos decir nada malo. Puntual, atento y profesional. Tuvo
el coche impecable durante todo el viaje, nunca se perdió y nos amenizaba con
historias cuando le preguntábamos por algo. No nos llevó a tiendas ni fábricas,
con la excepción de una de especias que queríamos visitar en Jodhpur y que
habíamos visto en la Lonely. Y además era un virtuoso esquivando y adelantando TODO lo que nos encontrábamos en nuestro camino.

Nos advertía sobre como actuar frente a los que él llamaba “Hellomyfriends”, nos ayudaba en los restaurantes cuando queríamos “no spicy, please”, si no habíamos elegido hotel nos recomendaba alguno, siempre con la matización de que si no nos gustaba nos llevaría a otro de nuestro gusto o elección.
En definitiva,
en ningún momento sentimos que se aprovechara de nosotros o que intentará
engañarnos o mangonearnos.
Por otro lado,
Mahendra, desde que aterrizamos en Delhi estuvo pendiente y preguntando por
nosotros a través del teléfono, si estábamos a gusto, si todo iba bien. En
Jaisalmer, nos vino a saludar personalmente y por la noche nos invitó a cenar a
todos. El último día, vino a despedirnos al aeropuerto.
Recomendamos
los servicios de Mahendra ya que nos ha hecho el viaje más fácil y sobre todo
nos ha evitado pérdidas de tiempo, del que nosotros, concretamente, no disponemos.
Sus datos y
forma de contacto son:
Shayam Tours
www.letsgorajasthan.com
www.letsgorajasthan.com
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El
regateo. Es algo que acaba por cansar y agobiar. Es más, a veces no compras
o haces cosas sólo por el hecho de no volver a discutir sobre el precio.
Pero por si os
sirve de ayuda, cuando compréis agua o cualquier otra bebida, galletas, patatas
fritas… en fin, productos envasados, fijaros bien pues está grabado el precio
en rupias, parece la fecha de caducidad, pero esto os aliviará de regatear
hasta por el agua. Compré unas cajas de incienso y también tenían el precio escrito. Estad atentos.
-
Entradas.
Cuidado. A veces te intentan cobrar aunque no deban. Yo lo que hacía era
exigirles un ticket. Si no te lo dan pasas directamente de largo, sin hacer
caso a la persona que te pida el dinero por mucho que proteste.
El caso más
flagrante que encontramos fue al subir al minarete de la Mezquita JAMI MASJID en
Delhi. Nos cobraron 100 rupias por persona, a los indios les cobraban 20
rupias. Cuando íbamos a subir, el que nos cortaba las entradas nos pidió 50
rupias, le pregunté que por qué y me dijo que para subir, le enseñé las
entradas que me acababa de cortar y me dijo que eso era para la mezquita y que
las 50 eran para él. ¿Se puede ser más sinvergüenza? Pasamos olímpicamente de
él, y subimos al minarete.
Otras veces os
pedirán dinero por guardaros los zapatos, por prestaros un pañuelo para taparos
en algún templo o mezquita… por daros los buenos días, casi casi. Pasad de
largo, no les prestéis atención, tolerancia cero contra esta picaresca y en
definitiva, engaño que no hace si no manchar la imagen del país y de sus
gentes.

En casi todos
los sitios te harán pagar por la cámara de video y en contadas ocasiones por la
de fotos.
-
Comida.
Deliciosa en todos los sitios que probamos. Puestos callejeros, restaurantes y
hoteles, aunque difícil de encontrar algo que no pique.
Nuestros
platos favoritos:
o
Pollo biryani: pollo con arroz, muy especiado.
![]() |
Primera comida: Pollo biryani en Delhi |
o
Vegetable Pulao: arroz basmati con vegetales y
especias.
o
Verduras y frutas con Korma: es un curry muy
suave, que lo puedes tomar con muchas cosas, pero este era uno de nuestros
platos estrella.
o
Aloo Masala: patatas con otra salsa muy rica,
por supuesto picante
o
Palak Paneer: queso paneer con espinacas, más
suave que las recetas anteriores.
o
Pollo Tandoori: pollo asado adobado. Picante.
o
Fritos callejeros: pakora, samosa, kachori, dosa…
Todos picantes y todos muy ricos.
o Lassi: bebida tradicional india con base de
yogurt que se toma frío. Espectacular el que probamos en un lateral de la
entrada al bazar (20 rupias) de Jodhpur, en un local que exclusivamente servía
esa bebida. Y también me quedo con el que tomamos el último día en Delhi en un
puesto callejero que nos llevó nuestro chófer Dill y que tomamos en los vasos
de barro desechables que veréis por todos los sitios. Los lassis también pueden
ser salados y de frutas como limón, plátano y mango, también probé uno
riquísimo de rosas en un centro ayurvédico en Varanasi.
o Masala Chai: te negro con especias y hierbas
aromáticas. En los puestos de la carretera probamos los mejores, guardaros los
escrúpulos para otra ocasión pues vuestro paladar lo agradecerá.
-
Descalzarse
en los Templos. Tienes que quitarte los zapatos para entrar, como es
natural. Nosotros nos agenciamos unos calcetines que sólo utilizábamos en los
templos, ya que la higiene en muchos, sobre todo los menos frecuentados por los
turistas, deja mucho que desear. En donde más lo agradecimos fue en el Karni
Mata cerca de Bikaner, también conocido como templo de las ratas, donde las
estos animalillos campan a sus anchas y hacen sus necesidades allí donde pillan. A veces
nos miraban raro por quitarnos los zapatos y ponernos unos calcetines sobre
otros que ya llevábamos, pero la salud es la salud.

-
Calzado.
Tu primera reacción va a ser ir con chanclas o sandalias por el calor, sobre
todo en la estación del monzón o en verano. Mejor lleva unas zapatillas
cerradas, aunque ligeras y que transpiren, ya que vas a pisar y caminar por
todo tipo de calzadas, basuras, aguas que no se sabe de dónde vienen, barro
misterioso… En Varanasi vimos turistas con los pies llenos de “barro” (¿sabéis
lo que es ese barro, no?) a la orilla del Ganges. Escrupulosos no somos,
cuidadosos sí. Probablemente éramos pocos los que llevábamos zapato
cerrado, por supuesto los Indios escaseaban, lo que me parece más increíble es
que los turistas optaran por calzado abierto, exponiéndose a múltiples
enfermedades dermatológicas e infecciosas para las que los indios están
inmunizados y nosotros, con nuestro entorno hiperhigiénico, no.
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Camino para subir a la barca... |
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- Diarios de a bordo: De aquí cogimos sobre todo la idea del conductor, visitas en las ciudades, ideas nuevas. Su autora siempre ha estado disponible para contestar nuestras dudas.
- Callejeando por el plantea: Nos mostraron noticias frescas pues acaban de regresar y nos confirmó que Mahendra fue una buena elección