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Diario de viaje Perú: Lima y el Desierto


En la primera parte de nuestra ruta nos dirigimos al sur del país, al árido desierto cubierto de dunas en Ica y a las misteriosas Líneas de Nazca.
 
El vuelo directo Madrid-Lima salía con una hora de retraso, sin embargo, fue un vuelo cómodo  y agradable, que pasé durmiendo y comiendo todo el rato. Algunos de mis compañeros estaban preocupados, pues no suelo dormir nunca cuando vuelo y esta vez pensábamos que me habían echado algo en la bebida.

Ruta y diario de viaje a Perú

DÍA 1: LIMA

En menos de 12 horas estábamos aterrizando en Lima, eran las 6 de la mañana, hora local, una vez recogidas las mochilas (que tardaron un buen rato en salir) y después de que la luz de la salida se pusiera verde para todos, teníamos que localizar transporte para seis personas hasta Miraflores. Un amigo que visita con frecuencia el país nos había dicho que pasáramos de largo los taxis oficiales y camináramos un poco más. 50 s/. podría ser un precio razonable y al ser  seis pasajeros cuando conseguimos rebajar a 60 s/. un monovolumen aceptamos y pusimos dirección a nuestro hotel.
Una buena amiga peruana nos recomendó el Miraflores Suites, lugar donde ella se aloja cuando viaja a Lima y está bastante bien.
Cuando llegamos al hotel dejamos rápidamente las mochilas y de nuevo con el mismo taxista, con el que habíamos acordado de nuevo un precio, nos dirigimos con premura hasta Callao, pues a las 9:30 horas tenemos que estar en la Pza. Grau para coger una embarcación que nos llevaría hasta Isla Palomino.
Todas estas prisas y agobios venían por un cambio de planes de última hora. Nuestra primera idea era haber llegado a Lima y coger un autobús que nos llevara a Paracas, para al día siguiente poder hacer una excursión y ver Islas Ballestas. Pero sólo unos días antes, habíamos empezado a oír que por estas fechas había poca fauna, pingüinos y leones marinos que es lo que más ilusión nos hacía. Gente recién llegada lo comentaba en los foros y me puse en contacto con dos blogueros que estaban o habían estado por la zona recientemente: Victor y Sele de Mi patria son mis zapatos y el Rincón de Sele, respectivamente.
Los dos habían visitado Islas Ballestas y ambos, por separado, nos dieron una idea: cerca de Lima hay una isla, llamada Palomino, que aloja miles de leones marinos, es más, si el tiempo lo permite hasta puedes nadar con ellos.
Dicho y hecho, el organizador de nuestra expedición se puso a investigar y reservó con una de las dos compañías que realizan esta excursión – ECOCRUCEROS – para el único día que íbamos a estar en Lima, que era el primero. Sólo hacen una salida diaria, y es por esto que íbamos como locos corriendo nada más aterrizar en la ciudad… pero llegamos a tiempo, pagamos – 45$ - y esperamos hasta que zarpamos dando una vuelta por la plaza y viendo pelícanos y aves en el puerto.
En el trayecto, que dura una hora y media, tumbados en la proa, vimos aves marinas lanzándose en picado al mar, pasamos por varias islas, nos ofrecieron pastillas para el mareo (muy importante) aunque nosotros ya habíamos tomado alguna y al rato llegábamos hasta la inmensa colonia de 7.000 leones marinos, a los que oíamos desde lejos. Recomiendo ropa de abrigo, pues hace sol, pero el viento azota con fuerza, también se hace necesario protector solar y cubrirse la cabeza.
La verdad es que el espectáculo era magnífico. Algunos ya habíamos visto leones marinos en Punta Loma (Ver entrada Argentina: cinco paisajes), sin embargo, verlos tan cerca y un grupo tan grande nos emocionó a todos.


Algunos, los que le tienen menos miedo al frío, se enfundaron en trajes de neopreno que nos prestó la empresa y se lanzaron al mar sin pensarlo dos veces. Se acercaban al grupo de animales que los miraban con la misma curiosidad que ellos, pero no está permitido acercarse mucho para no molestar a los leones. Y así, desde la distancia, uno y otro grupo se observaban con curiosidad y fue un momento que no olvidarán nunca, el grupo humano, claro.

[Actualización] Nota turismo responsable: Cuando nosotros viajamos en 2012, solo había una salida diaria y dos agencias que lo organizaba. No dejaban acercarte mucho a los animales para no molestarlos. En ese momento esta actividad parecía que cumplía los estándares de turismo responsable con los animales.

Después de un buen rato, se inicia el retorno, pero antes una parada para ver una colonia de pingüinos, en este punto, yo estaba tan mareada que no pude sino levantarme, echar un vistazo rápido y volver a tumbarme inmediatamente. Que pena que me dio, con lo que me gustan los animales y no pude disfrutar de ellos.


Los del crucero sacaron algo para picar y para beber, pero por el mismo motivo, no pude ni pensar en meterme algo al estómago, solo deseaba llegar al puerto lo antes posible.
Aquí comenzaba una odisea con un taxista que nos estafó cobrándonos un precio desorbitado, llevándonos a los seis apretados en el coche y dejándonos tirados en una dirección que no era, ya que Lima tiene la curiosidad de que los nombres de las calles se repiten y hay que añadir siempre a la dirección el barrio donde está ubicado nuestro destino. Yo había salido en unas condiciones tan precarias del barco que no tenía fuerzas para ver lo que estaba pasando, si hubiera estado al 100% las cosas habrían sido distintas. En fin, son anécdotas que se quedan en eso cuando regresas de un viaje.
Buscábamos una agencia de viajes que conocíamos para contratar el vuelo de Nazca y algún transporte, pero como nos habían dejado en un lugar desconocido, se nos ocurrió tomar una de las combis que pasaban por la Avda. Javier Prado, gritando la dirección hacia la que van, y bajarnos en la estación de Cruz del Sur, importante empresa de autobuses, para comprar los billetes a Ica. Al día siguiente iríamos temprano hasta esta ciudad, sentados en el segundo piso, en asientos panorámicos. El billete en Servicio Imperial son 35 s/. e incluye un aperitivo.
En la misma terminal de autobuses, tomamos dos taxis hasta la impresionante Plaza de Armas, por un precio fijo en tarifa de 12 s/.

Plaza de Armas - Lima

Cerca de aquí está la Iglesia de San Francisco. La entrada con visita guiada cuesta 7 s/. Esta visita nos llevó por el claustro, la preciosa biblioteca, el refrectorio y el principal atractivo de la visita: las catacumbas, con lúgubres, angostas y oscuras galerías que alojan 70.000 enterramientos. Los huesos, clasificados por tamaño y tipo por los arqueólogos, forman figuras y composiciones un tanto macabras.

Iglesia de San Francisco

En este punto de la tarde, estábamos todos bastante cansados. Desde que salimos de casa no habíamos dormido en una cama, no habíamos comido y el cambio de hora estaba haciendo estragos.
Cruzamos la plaza y nos sentamos a comer un menú del día por 9 s/. en el Machu Picchu, un menú básico que no destacaba por nada especial y paramos dos taxis que nos llevarían hasta el hotel por 10 y 12 s/.
En recepción preguntamos si conocían algún conductor que tuviera un coche grande o monovolumen que pudiera llevarnos hasta la estación. Nos pusieron en contacto con Edgar que lo haría por 30s/. (rebajamos el precio inicial) y nos fuimos a dormir, no sin antes pedir que nos sirvieran temprano el desayuno, pues nuestro taxista llegaría a las 7:30 de la mañana.

DÍA 2: ICA

El hotel cumplió y desayunamos temprano. Nuestro transporte también es muy puntual y a las siete y media ya estábamos rumbo a la terminal de autobuses. A las 8 en punto teníamos que estar allí y no se fiaba del tráfico que pudiéramos encontrar. Aun llegamos a tiempo de tomar algo en el bar de la estación.
Embarcaron nuestras mochilas y salimos puntuales rumbo a Ica. El viaje es cómodo y al llegar buscamos una forma de llegar al Oasis de Huacachina, donde queríamos pasar la noche.
De este modo contactamos con William que estaba por allí, que tenía un coche y una agencia en el oasis y por 7 s/. nos llevaría hasta allí, habló con un chico y en dos coches nos dirigimos expectantes a nuestro próximo destino.
Lo primero de todo era buscar alojamiento y nos sugirió el hotel Curasi, nos gustó y el precio que acordamos nos pareció correcto y de allí nos fuimos a su agencia.
Aquí contratamos varias cosas y estuvimos un rato dándole vueltas al asunto y cuadrando horarios:
  •         Bus a Nazca – 29 s/. de momento (sorprendentemente, al día siguiente William nos devolvió dinero pues había conseguido unas plazas más baratas)
  •      Sobrevuelo líneas Nazca: 90$ con transporte desde la estación al aeropuerto y regreso a Nazca incluido.
  •         No había plazas en Cruz del Sur para ir a Arequipa mañana por la noche, así que William se ofreció a llevarnos a la terminal de Oltursa en Ica.
Aquí nos dividimos, los chicos se fueron a ver la final de la Eurocopa y nosotras a Ica a cambiar dinero y a ver si comprábamos billetes para Arequipa.
El resultado de la Eurocopa ya lo sabéis, y hemos observado que siempre que vemos la final en un desierto de América, gana España. Hace dos años nos pasó con el Mundial que coincidió con nuestro road trip por la Costa Oeste de USA. Así que ya estamos buscando viaje para dentro de dos años a una zona desértica de este continente, a ver si la selección nos paga algún plus por nuestra ayuda.
En Ica reservamos los billetes por 135 s/. en la planta baja y luego cambiamos a un cambista en la Pza. de Armas.
Cuando regresamos al hotel, los chicos habían contratado allí mismo la excursión con los coches areneros (son 40 s/. e incluye en el precio la tasa de 3,70 s/.) y estaban viendo el partido.
Comimos allí mismo, una comida bastante casera por 154 s/. los seis, lo que son unos 8€ por persona, incluida la cerveza que como podéis imaginar corría a raudales entre el calor y la euforia.
Después mientras Bone, el más deportista del grupo, decidió subir la duna y ver las increíbles vistas que ofrecía, los más sedentarios dimos una vuelta por la orilla de la agradable laguna.

Gente caminado por la duna


La laguna y al fondo una duna

Un poco más tarde de lo previsto, y después de insistir al dueño del hotel, que nos decía que el coche en el que teníamos que ir se estaba retrasando, salimos en un coche alternativo que tenía en el garaje y con otro conductor rumbo a las dunas.
La actividad es divertidísima, el coche da tumbos y sube dunas imposibles, entre gritos, que algunos eran de miedo otros de euforia.


Susan Sus deslizándose por las dunas

Cuando llegamos a lo alto de una duna altísima tocó deslizarse por ella con la tabla de sandboard, también muy divertido, aunque he de reconocer que al principio tuve un poco de miedo. Al llegar abajo subíamos un poco, nos venía a buscar y buscábamos otra duna. Lamentablemente, y debido a la demora en nuestra salida, comenzó la puesta del sol, que es magnífica, pero hizo que la diversión terminara, así que entre tumbos y saltos volvimos al oasis felices y entusiasmados.
Ya era casi de noche y dimos un paseo hasta que, entre risas y fotos, nos decidimos por cenar en el Sand&Lake con un camarero con el que nos reímos mucho. El lomo andino estaba un poco duro, pero el pollo saltado delicioso. De entrada unas papas a la huacaína y ocopa que acompañamos con deliciosos piscos helados y zumos de maracuyá.

DÍA 3: NAZCA

A las 8 de la mañana, después de desayunar un poco estresados por la lentitud en la preparación del desayuno, William vino puntual a recogernos para llevarnos a la terminal de Cruz del Sur. Nos contó que había comprado billetes más baratos (entre 15 y 26 s/.) pero que estaban separados. Nos daba igual pues el viaje era corto, pero cuando subimos al autobús, el terramozo nos dijo que podíamos viajar juntos pues había gente que se bajaba en Ica, así que la jugada nos salió redonda, nos habíamos ahorrado 50 s/.
William también nos dijo que el día estaba nublado y que tuviéramos paciencia pues a veces la niebla llegaba hasta Nazca y eso dificultaba el vuelo, a veces incluso se cancelaban. Pero yo sabía que eso no iba a pasar. Algunos llevábamos años soñando con ver las líneas y un poco de niebla no nos iba a fastidiar.
El viaje a Nazca dura unas 2 horas, fue bastante cómodo y allí nos esperaba Fernando para llevarnos a volar. Estábamos ilusionados, porque el sol lucía radiante.
Antes nos ofreció parar en su hotelito para dejar nuestras mochilas y nos contó que había retraso en el vuelo por la niebla matutina.
Cuando llegamos al aeródromo nos pesaron a todos, entre risas e indirectas, y aun nos toca esperar bastante rato. Como nos habíamos tomado las pastillas para el mareo nada más llegar (doble ración por si acaso) yo me temía que el efecto se pasara y acabara con deseos de tirarme de la avioneta.
Nos dividieron en dos grupos. En el primero volarían las dos personas que menos propensas eran a sufrir mareos, los avanzados, en el segundo los cuatro flojos.

¡Ahí van los valientes!
 El grupo de los flojos volamos casi 2 horas y media después de llegar al aeropuerto, de ahí mi temor a que se pasara el efecto, por fortuna no fue así.
Cuando entras a la sala de espera tienes que mostrar que has pagado la tasa de 25 s/. y aquí nos dejaron un rato sentados, viendo como salía la gente abanicándose, verdes y amarillos y alguno vomitando de las pequeñas avionetas. Que mal rato nos hicieron pasar.
Por fin, el grupo de los flojos estamos listos para volar y me dirigí al co-piloto para decirle que por favor, intentaran no hacer muchos giros bruscos ni vueltas pronunciadas si no querían acabar con la avioneta estucada. Nos tranquilizó y nos dijo que en el vuelo nos daría alguna indicación para evitar marearnos, pero que la siguiéramos a rajatabla.


El truco es mirar todo el rato al frente, fijamente, no distraerse con nada, aunque tus compañeros exclamen: “Qué bonito”, nada, seguir mirando al frente y sólo volver la cabeza hacia tu ventana cuando nos dijeran por radio que se veía la figura, verla y volver a mirar al frente. Yo estaba concentradísima, iba atrás y mis amigos se volvían para hacerme fotos y yo no hacía ni un gesto, memoricé la camiseta del amigo que tenía delante, hasta su nuca recuerdo nítidamente, pero conseguí no marearme y yo me mareo hasta en los columpios.
Uno de nosotros, no voy a decir quien, sí que se mareó y salió corriendo de la avioneta con el tiempo justo para echar todo el desayuno o lo que quedara de él. Hay que agradecer el trato del personal del aeródromo: salió una enfermera la atendió, se la llevó a su sala, la tumbó y estuvo un rato mojándole la frente con alcohol para refrescarla.
Pero volvamos al espectáculo que teníamos a nuestros pies, que es lo más importante, lo que habíamos ido a ver. Es algo increíble, alucinante. Que su origen y su fin sean todavía un misterio, las hace aun más atractivas. Ver las figuras desde lo alto, rodeadas del desierto te hace entender que su fama es merecidísima. Disfruté mucho del vuelo y vi todas las figuras que el co-piloto nos indicaba. Al principio cuesta un poco, pero en cuanto se te acostumbra la vista es sencillo, no ves nada, no ves nada y de repente aparece una ballena. El colibrí es la que más claramente se ve pues está en una zona un poco más oscura, el astronauta resulta la más enigmática: ¿qué o a quién representa?, la araña, el mono, unas manos un tanto extrañas… me quedo con todas.



Cuando bajamos, los avanzados ya nos estaban esperando grabando nuestra reacción al bajar. Los pilotos nos firmaron un diploma de vuelo y cuando todos estábamos recuperados nos fuimos a comer.
Fernando nos recomendó un restaurante que estaba cerrado, así que nos decantamos por el Plaza Mayor que está en la Pza. de Armas. Por 120 s/. los seis (36€ aprox.) comimos un pollo entero con bandejas enormes de patatas, alitas de pollo, milanesas y anticuchos o corazones de res, que estaban exquisitos, con cerveza e Inca Kola.
Fernando nos había ofrecido un tour para hacer esa misma tarde y visitar la necrópolis de Chauchilla que es una idea que llevábamos en la cabeza desde que empezamos a preparar nuestro viaje hace meses. Podía ser privado o no, el precio era el mismo (30 s/.), así que al unísono elegimos el privado que lo haríamos en un Dodge “clásico” o antiguo, no se cual sería la palabra que lo definiría mejor.

Ahí dentro fuimos los seis y nuestro conductor...
Eso sí, el toque que le dio este coche a nuestra excursión fue único. Nuestro guía un hombre curtido nos pasó a recoger puntualmente por el restaurante. Después de la emoción de ver el Dodge,  acribillarlo a fotos y apretujarnos dentro, pusimos rumbo al cementerio (8 s/. entrada) a unos 30 km de Nazca.
En mitad del desierto, saqueada por los huaqueros se encuentra esta necrópolis que muestra varias momias, fardos funerarios, cerámicas, etc.

Tan solo unos tejadillos protegen las momias del implacable sol del desierto
Lo que más nos llamó la atención fueron los largos cabellos que rodeaban las momias completamente y que contrastaban con las blanquísimas calaveras y huesos. A pesar de que tenían los orificios cubiertos con algodón, parecían vigilarnos y reirse de nosotros con sus sonrisas congeladas en el tiempo.



 
Fue un momento estremecedor, ahí estábamos, prácticamente en soledad, el sol caía y nuestro único compañero era un fuerte viento que azotaba enérgicamente contra nosotros.

Volvimos al hotel de Fernando donde esperábamos pasar un rato tranquilos cuando un terremoto de 5.7 nos sorprendió. La dueña del hotel, bajó las escaleras corriendo y gritando, lo que no nos dio ninguna seguridad. No sabíamos que hacer y cuando terminó todo (fueron 30-40 segundos) mi corazón latía fuertemente y temíamos por las réplicas.

Estos avisos están en todos los edificios, restaurantes, iglesias... a lo largo de todo el país

Por fortuna no pasó nada más, pero nos contaron que habitualmente tienen temblores y este había sido un poco más fuerte de lo normal.
Aun nos temblaban las piernas cuando fuimos a dar un paseo para pasar el susto. Los cajeros estaban fuera de servicio por el terremoto.
Fernando nos viene a buscar y nos vamos a la terminal de Oltursa desde donde llamo a Gustavo, un amigo de un compañero de trabajo, que nos va a ayudar en nuestra visita a Arequipa.
Embarcamos, nos acomodamos en nuestros lujosos asientos, nos sirvieron la cena y a dormir se ha dicho.
Estábamos llegando a Arequipa cuando me desperté… luego me contarían los que no habían dormido que el viaje había sido movidito, con muchas curvas, frenazos, un perro ladrando que no sabemos si sobrevivió y el temor de caer por un precipicio siempre rondando ya que el camino era muy tortuoso.


HOTELES
Lima
Miraflores Suites – Avda. Alfredo Benavides 1959 – Miraflores – Lima (150 s/. con desayuno)
Un hotel correcto, con grandes habitaciones, algunas con nevera. El desayuno incluye huevos fritos o revueltos. Cerca de Barranco.

Ica
Hotel Curasi – Oasis Huacachina – Ica (90 s/. con desayuno)
Muy agradable, limpio, aunque aun no sabemos si nos alojamos en el hotel o en un anexo más familiar, pues entrábamos por una puerta trasera. Las habitaciones tenían vistas a la laguna o a las dunas. Dispone de piscina y wi-fi en las zonas comunes. El desayuno incluía huevos fritos o revueltos. En general, son muy tranquilos, podéis leer en el diario el problema que tuvimos con el coche que salimos gracias a nuestra insistencia y con la lentitud del desayuno, que a alguno casi se nos atraganta de tanto que tuvimos que correr por su demora al servirlo.

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OTROS DATOS
Taxista Lima: Edgar Macazana Salas - Tlf. 997 827362 – edmacazana@hotmail.com
Estación Cruz del Sur: Avda. Javier Prado 1109 - Lima
Ecocruceros: http://www.islaspalomino.com/
Agencia Oasis Huacachina: William Tours – Tlf. 956 408699 y 956 726464 -  tigretours_15@hotmail.com

BLOGS QUE NOS HAN AYUDADO
Callejeando por el Planeta
Memorias del Mundo
Los viajes de Paco y Vero

Mi patria son mis zapatos
Diario de a bordo
El rincón de Sele 

El mundo de Azcárate


Gastronomía del Perú


Teníamos muchas ganas de probar la gastronomía del Perú, todo el mundo habla maravillas de ella y estábamos ansiosos por comprobarlo por nosotros mismos.
Echando la vista atrás, podemos decir, ahora sí en primera persona, que hemos comido muy bien durante el viaje por el país. Puedes gastarte muy poco dinero, saliendo un poco de las zonas más turísticas y acabar saciado y comiendo productos frescos y de gran calidad, cocinados con sencillez. Puedes gastarte un poco más y probar platos más elaborados. En ambos casos exquisitos.
También hemos tenido que comer en zonas frecuentadas por turistas y aquí la calidad baja y el precio sube.

Algunos ejemplos de platos típicos que hemos podido degustar son:
·         CEVICHE:
El mejor de todos en un lugar secreto, oculto y recomendado por un amigo de Lima: La Higuera Escondida en Magdalena. Delicioso, pruebas un bocado y tras la primera impresión, sorprendente, no puedes dejar de comer.

·         ANTICUCHOS
Corazones de res y de alpaca son los que hemos probado. Un sabor más suave que el que cabría esperar. Un bocado exquisito.

Anticuchos de Alpaca en Cusco

Antichuchos de res en Nazca
·         CUY
Teníamos que probarlo, claro. Es un sabor parecido al conejo, obviamente, pues son de la familia, pero un poco más jugoso.

·         PAPAS A LA HUACAINA
Papas cocidas con salsa de ají amarillo. Un plato muy socorrido, no estaba mal.

·         PAPAS OCOPA
Típico de Arequipa y es similar a las anteriores, en este caso el ají es verde y está preparado también con maní.

Las Papas de La Nueva Palomino acompañadas de delicios queso frito
·         PAPAS RELLENAS
Otra de las maneras que tienen de preparar las papas. Esta vez se trata de un puré consistente, con su interior relleno de carne y verduras. Se fríe con harina y huevo. Están riquísimas.

·         SALTADO
De pollo, de lomo, de pescado… es un plato muy sabroso, con muchas verduras y la carne a elección. Está muy rico y suele ser contundente.
·         TRUCHA Y PEJERREY FRITOS
El pescado es extraordinario, jugoso y fresco. Frito con cantidades ingentes de guarnición es un plato muy completo y muy económico.

Trucha a orillas del Lago Titicaca
·         POLLO A LA BRASA
Es un plato sencillo, que gusta a todo el mundo y que por lo general lo cocinan muy bien. Lo hemos comido por piezas o entero, hasta la pechuga esta jugosa. Lo acompañan con enormes cantidades de patatas fritas. Se me hace la boca agua solo de recordarlo.
Uno de los mejores pollos que hemos comido, Ollantaytambo
·         CHICHARRÓN
Trozos de carne crujientes, mejor el de cerdo o chancho que el de pollo. Las chicharronerías en Poroy, en el Valle Sagrado, son famosas, de hecho, toda la carretera está salpicada de ellas. Tal vez tuvimos suerte, tal vez todas son buenas, pero donde paramos a almorzar los platos eran enormes y deliciosos.
Chicharrón de chancho
·         SOPA DE QUINUA
Con quinua y con todo tipo de vegetales y hortalizas. A veces imposible de terminar el caldero que nos ponían, consistente y normalmente muy sabrosa.

CAUSA
         Es un plato a base de papa amarilla peruana, limón, ají, lechuga, choclo, queso fresco, huevo cocido,  palta y aceitunas, muy similar a una ensaladilla.


Dulce:
QUESO HELADO

 
PICARONES


 
Y para beber:
CHICHA MORADA
 Refresco dulce y sin alcohol. Muy rico
·         MATE DE COCA
Desde que llegamos a Arequipa comenzamos a tomar, para desayunar o a mitad del día. Es una infusión estimulante que te ayuda a superar el mal de altura.
·      

          INCA KOLA   
                La Inka Cola es un refresco muy dulce con un poquito de gas, con sabor a golosina. 

  
     CERVEZA
La Pilsen, la Arequipeña y la Cusqueña. Esta última es la más fuerte y la que más consumen los turistas.
La Pilsen es la más suave, aquí acompañada de la Inca Kola
La Arequipeña es la segunda en intensidad, por supuesto con Inca Kola
·         PISCO SOUR
Combinado a base de Pisco y limón, con clara de huevo. Entra de maravilla. Algunos restaurantes te lo ofrecen con el menú. Donde mejor se prepara es en Ica y en Pisco.

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