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Una mañana en Harlem


Una visita al barrio de Harlem es una experiencia que no debe dejarse olvidada enun viaje a Nueva York y si a esto unes la posibilidad de hacerlo en domingo y ver una misa gospel en Harlem, la experiencia será aun más completa y especial.

 Consejos para ver una misa gospel en Harlem

Nos levantamos temprano para estar a las 9 de la mañana por las calles de Harlem, paseando y viendo el ambiente dominical en los alrededores de las innumerables iglesias que tiene este distrito.
En la calle 125 pudimos ver una colección de obras del artista Franco The Great pintor que se dedica a decorar las persianas de los comercios de la calle. Merece la pena acercarse cuando las tiendas aún no han abierto para poder ver estos murales y si tienes suerte cruzarte con él y hablar en un aceptable castellano o hacerte una foto o comprarle alguna de sus pinturas.



Proseguimos el paseo y llegamos hasta las puertas del mítico Teatro Apollo cuyos escenarios han pisado grandes estrellas de la música. A la entrada se ven los nombres de estos grandes artistas universales.

Pasamos por famosas iglesias como la Abysinian o la Antioch, entre otras. Dudábamos en cual quedarnos y nunca sabremos si acertamos pues solo hemos visto la misa de la Canaan, donde no dejaban hacer fotos ni videos, así que no podemos compartir imágenes con vosotros.

Desechamos las otras porque se dice que son puro espectáculo y porque autobuses de turistas acuden a verlas, cosa que le quita bastante encanto, pero eso tampoco creo que sea algo malo ya que Nueva York es espectáculo en todos los aspectos y en todos sus rincones.
La cuestión es que a eso de las 10 horas llegábamos a las puertas de la Canaan Batist Church en la 116 y una docena de turistas se reunían despistados en sus puertas. Justo cuando llegábamos un señor muy elegante, con un traje con raya diplomática y un sombrero de ala se acercó al grupo y dijo que formáramos una fila organizada a la entrada de la iglesia y justo nos pusimos los segundos ;-), por una vez tuvimos un poco de suerte ya que a los pocos minutos la fila formada era larguísima y no paraban de llegar taxis con turistas que seguían uniéndose a la cola. La mayoría de ellos italianos, pues disfrutaban del puente de la Inmaculada como los españoles.

Nos encantó esperar a las puertas y ver como los feligreses iban llegando muy elegantes vestidos, ellas de peluquería y con sombreros a veces extravagantes, ellos impecables con sus trajes.


Una señora mayor se paró ante nosotros y nos dijo: “I love you, guys”, otros nos daban las gracias por acudir a su ceremonia.
Pasaban unos minutos de las 10:30 horas cuando el señor elegante del traje de raya diplomática nos dejó pasar, pidiéndonos que dejáramos en la entrada las mochilas y que no hiciéramos fotos ni videos durante la misa.
Nos sentaron en un anfiteatro arriba, enorme, con capacidad para más de 200 personas, la mayoría éramos turistas pero había gente de la congregación escuchando misa. Nos pusimos al lado de una señora que nos prestó un libro de himnos para que cantáramos junto a ellos.
Y empezó: allí salía a hablar todo el mundo, por supuesto el pastor, pero también niños, jóvenes, no tan jóvenes salían a dar gracias. El coro cantaba canciones preciosas con sus voces increíbles, que hacían que los pelos se te pusieran de punta, acompañados de una banda con batería, teclados, bajo... La gente daba gracias, gritaba amen y se emocionaban con las canciones del coro.
Y si tienes sangre en las venas te unes y tocas palmas, cantas ayudado del libro que nos prestaron, bailas y te emocionas junto a ellos. Y seguía saliendo gente a dar gracias, y felicitaban a los buenos estudiantes, y repartían sobres con algo que no logramos averiguar qué era, y dieron gracias a los visitantes que estábamos de todas las partes del mundo, y pasaban el platillo… total que la misa se alargaba y se alargaba, y los “amenes” se prolongaban y cuando llevábamos una hora y tres cuartos decidimos salir discretamente del recinto, no sin antes haber dejado unos dólares en el cepillo.
La señora a nuestro lado, nos dio las gracias por haber estado allí, se le veía muy sincera y nos deseó feliz estancia en la ciudad.
Y así terminó esta gran experiencia.
Cruzamos la calle y nos dispusimos a comer en el Amy Ruth’s especialista en comida sureña y en gofres con cualquier cosa que podáis imaginar, dulces o salados.


Nos marchamos así de Harlem, con buen sabor de boca, literalmente, pues el gofre con pollo estaba delicioso y por la gente tan amable que componen este barrio tan especial.
Consejos para la misa en Canaan en la calle 116: nosotros hicimos la cola, pero luego realmente no hacía falta pues el aforo era muy grande, la gente entra y sale cuando se cansan y los huecos que van quedando los van ocupando con nuevas personas. Cantan durante toda la ceremonia, así que si queréis oír estas fantásticas voces podéis llegar a cualquier hora, mientras dura la misa. Eso sí, hablan más que cantan, a ratos se nos hacía un poco pesado. Pero aun así es muy recomendable.



Restaurantes en Nueva York

La oferta de restaurantes en Nueva York es tan inmensa que a veces, nos sentimos desbordados y no sabemos dónde comer, qué restaurantes se adaptarán a nuestro gusto y bolsillo.

Esta es nuestra opinión personal sobre los restaurantes que probamos en Nueva York, con precios y fotos:
CarnigIe Deli
Pedimos un Woody Allen para compartir, pues ya íbamos avisados. Aún así nos sobró y nos pusieron la doggie bag (ver nota al final) y desayunamos bocadillo por la mañana.
El Woody Allen es un inmenso bocadillo de pastrami que es imposible de comer sin ayuda.
Como acompañamiento nos pusieron unos pepinillos naturales y en vinagre muy ricos, cortesía de la casa.
De postre un enorme trozo de tarta de queso y fresas que también acabó en la doggie bag.
Todo por unos 50$ con la bebida y las propinas.



BBQ DALLAS
Tomamos una ensalada César y una riquísima hamburguesa con cebolla frita, bacon, queso… no encontrábamos la hamburguesa enterrada entre tanta cosa, acompañada por unas patatas fritas. Te la hacen al gusto y la carne es muy buena.
Para variar, de nuevo doggie bag y para desayunar.
Precio: 40$ con bebidas y propinas.


HEARTLAN BREWERY
Estuvimos en dos establecimientos de esta cadena.
El primero cerca de Times Square tomamos una ensalada de espinacas, que ya tocaba algo verde, y un delicioso steak al punto. La carne estaba extraordinaria, muy tierna y jugosa.
De postre una copa de helado de chocolate con nata, enorme, como casi todo en este país.
Precio: 57$ con bebidas y propinas
Otro día fuimos al restaurante que hay en el Pier 17. Las costillas estaban muy ricas y tiernas, los rollitos de pollo rebozados untando bien en salsa, también estaban muy bien, pero la estrella del día fue una bandeja con 6 clases diferentes de cerveza que es la especialidad de la casa, con el orden en el que hay que tomarlas y una descripción de cada una, que además no estaba mal de precio pues salía por unos 12$.
Precio: 47$ con bebidas y propinas.

PJ CLARK
Este es un restaurante con solera, o por lo menos eso dicen.
Está abarrotado así que nos tocó esperar más de media hora, para que encima nos pusieran en una mini-mesa al lado de la puerta con todo el mundo empujándonos y con el frío entrando cada vez que abrían la puerta.
Comimos unas hamburguesas y unas patatas fritas chips. La hamburguesa no estaba mal y las patatas tampoco, pero no dejamos propina por lo mal que estuvimos ubicados. En mi opinión lleva una fama desmerecida, a lo mejor no probamos lo mejor de su carta y la mesa no ayudó mucho.
Precio: 60$ con bebida.


AMY RUTH’S
Saliendo de la misa de Canaar en la calle 116, cruzamos la acera y nos metimos en el restaurante justo antes de que se formara una inmensa cola, casi como la que tuvimos que hacer para entrar en la misa.
Aquí la especialidad de la casa son los gofres con cualquier cosa. En nuestro caso con pollo rebozado y con una hamburguesa de cerdo, tomado con su salsa agridulce estaba riquísimo.
Precio:    Unos 30$ con bebida y propinas.



GRAY'S PAPAYA
Famosos son sus perritos calientes, que presumen de ser los mejores de la ciudad. Están bastante ricos, con cebolla y con todo lo que nos echaron y acompañados de unos batidos de frutas, de papaya y de piña.
 
Fuimos al local que está en la Sexta Ave con la 8ª st. 
Precio: 7$


NOTA:  la doggie bag es el paquete que te ponen en los restaurantes con lo que te sobra. La verdad es una idea muy buena y así se desperdicia menos comida.

Locos por los viajes nos traen otros restaurantes que les gustaron en su viaje a Nueva York. Otros sabores, otro punto de vista.
Mi mundo en una maleta nos cuenta cuáles son sus hamburguesas favoritas.

Navidades en Nueva York

Pasar las Navidades en Nueva York es una experiencia muy recomendable, algo que nunca olvidaremos. Aquí os contamos qué se puede hacer en Navidad en Nueva York,en esta ciudad mágica. Son nuestros consejos para disfrutar de unas navidades diferentes, en la capital del mundo.
Un espectáculo continuo, donde las calles, las tiendas, los centros comerciales, los edificios y hasta los camiones y coches de bomberos muestran su aspecto más festivo.
Los escaparates de las tiendas son mágicos, en las más famosas como Macy’s o Tiffany’s puedes pasar el rato mirando uno y otro como si estuvieras en un parque de atracciones.

 

En las tiendas más pequeñas del Soho o Tribeca, pasas un tiempo mirando el fabuloso escaparate montado hasta que te das cuenta de qué tipo de tienda es: una zapatería, una tienda de ropa, muñecos de coleccionista… la decoración ocupa a veces todo el escaparate y deja en un segundo lugar los zapatos, bombones o lo que sea que vendan.
Los centros y galerías comerciales, y aquí la palma se la lleva el Rockefeller Center son toda una institución.
La gente se da cita para ver el encendido de su magnífico árbol de Navidad del Rockefeller Center y contemplar el pasillo de ángeles celestiales tocando la trompeta que te llevan hasta su famosa pista de patinaje.
Otro Centro Comercial con mucha Navidad es el Pier 17, con su árbol musical y luminoso a las horas en punto desde las 17 hasta las 21 y con sus villancicos. Nosotros vimos un coro el New York City Gay Men’s Chorus que interpretó de una forma muy simpática y profesional a la vez su repertorio de villancicos.

Las casas, sobre todo la iluminación de navidad en el barrio de Dyker Heights en Brooklyn, a la que llegas cogiendo la línea R o la D y tras más de una hora de viaje son impresionantes.
Acercándonos al barrio se veía el resplandor a lo lejos

No hay palabras que describan cómo decoran las casas en este barrio. Sólo las fotos pueden dar una mínima imagen de lo que vimos allí. Hasta se organizan tours por la zona ya que son dignas de ver. Vimos un coche de bomberos y bromeamos sobre si se habría quemado algún gigantesco árbol o papá Noel hinchable, pero al día siguiente vimos en las noticias de la mañana como los bomberos estaban apagando un incendio y efectivamente, se había quemado un árbol de Navidad, no sabemos si sería el mismo pero es lo mínimo que puede pasar con tal derroche de electricidad.


Todos los rascacielos, museos y edificios de oficinas tienen su árbol de Navidad en sus vestíbulos, son árboles inmensos, como los rascacielos.

Árbol del Metropolitano
Árbol del Museo de Historia Natural
Edificio Chrysler
Biblioteca
Empire State Building
Aprovechando estas fechas compramos entradas bonificadas a través de la página oficial para ver el espectáculo navideño de las rockettes en el Radio Music Hall. Un espectáculo muy entrañable, familiar y por su puesto con sabor a Navidad, con regalos, Santa Claus, niños y juguetes incluidos. Algunos actos eran hasta en 3D.
El sábado 11 de diciembre estuvimos paseando casi toda la mañana por diferentes zonas de Manhattan. Comenzamos a ver gente disfrazada de Santa Claus en grupos y nos hizo gracia. Luego vimos duendecillos en los taxis, renos caminando por las calles, muñecos de nieve y hasta un árbol de navidad. Cada vez grupos y grupos más numerosos de personas disfrazadas, a veces solo un detalle otras con todo el pack completo. Vimos cientos o miles de personas vestidas, por las calles, metro, restaurantes, cafés y bares. Pensamos que fue una quedada a través de las redes sociales o alguna fiesta típica de las fechas, pero también nos gustó mucho ver todo el repertorio y el derroche de imaginación en algunos casos. Fue muy divertido.

En las aceras lo puestos acumulan árboles de navidad cortados para la venta. Da mucha pena verlos así, la verdad. Sé que son de invernadero, pero no deja de ser un derroche en estos tiempos que corren talar un árbol. Pero son algo tradicional en las calles neoyorkinas.
Pero ya lo más sorprendente, si es que algo podría sorprendernos todavía en Nueva York es ver camiones de reparto y coches de bomberos con su corona navideña colgada del radiador.
Y es que este país tiene esta fiesta muy grabada y como son maestros del show y del espectáculo la diversión está servida.

Si estáis en 8 de diciembre en Nueva York, aquí podeis leer cómo rendir un homenaje a Lennon.
Para ampliar información y ver otras ideas Callejeando por el Planeta también ha visitado la ciudad en Navidad, seguro que os encantan los consejos que nos dan.

Road Trip por la Costa Oeste de Estados Unidos (3ª Parte de Page a Los Ángeles)

Ruta en coche por la Costa Oeste de Estados Unidos.
Itinerario
Page, Monument Valley, Chinle, Williams, Cañón del Colorado, Mojave, Palm Spring, Joshua Tree, Los Ángeles


Día 9: Page

En Page nos alojamos en el Motel 6 que teníamos reservado con antelación pues es un lugar muy turístico, sobre todo en verano, se nota también pues el precio de la habitación es sensiblemente más caro que el otro Motel 6 donde dormimos en el viaje.

Lo primero que hacemos es ir a reservar el tour por ANTELOPE CANYON, para la mañana siguiente con Antelope Canyon Tours en el 22 S. Lake Powell Blvd de Page, lamentablemente ya se nos ha hecho tarde para poder hacer la excursión por el Lago Powel para ver el Rainbow Bidge y no tenemos más días, así que con un poco de amargor nos vamos a dar una vuelta para ver la gran presa del Lago.
Es una zona recreativa donde los estadounidenses se tuestan al sol y van con sus barquitos a navegar, pero en medio de todo este caos, vemos algo que nos apetece hacer:
Se trata de una fácil caminata por las colinas de arena que nos lleva hasta una grata sorpresa: HORSESHOE BEND, el inicio del cañon del río Colorado.
De nuevo las vistas son alucinantes y no nos arrepentimos de haber tenido la oportunidad de verlo y de terminar el día tomando unas cervezas heladas con esta imagen en nuestras retinas.



Día 10: Antelope Canyon y Monument Valley

El día de hoy va a ser emocionante. Después de desayunar vamos a la oficina de reservas de los navajos y subidos en una camioneta abierta, nuestra guía, con unos impresionantes ojos amarillos, nos lleva dando botes hasta la entrada de Antelope Canyon, por una carretera que se transforma en tierra y después en arena del desierto.
Por muchas fotos que hayas visto en tu vida, la primera vez que te adentras en el estrechísimo cañón y ves la luz atravesando agujeros y las suaves y sinuosas formas de la roca, nunca dejarás de asombrarte.
Una gama de colores del rojo al amarillo, del violeta al rosa... la arena deslizándose por las paredes formando cascadas.
Sin duda Antelope Canyon es un lugar mágico y nuestra guía se preocupa por que podamos sacar las mejores fotos.




Todavía impresonados  retomamos nuestro camino hacia Monument Valley, otro parque gestionado por navajos.
Formado por inmensas paredes y mesas, que hemos visto infinidad de veces en las pelis del oeste. No en vano, uno de los miradores se llama John Ford View.
La ruta es circular y la hacemos en coche alrededor de estas magníficas mesas.




Esta noche dormiremos en Chinle, pero antes damos un rodeo para comer un chuletón en (ver enlace)  MEXICAN HAT.
Y por ese rodeo llegamos ya de noche al Best Western CANYON DE CHELLY INN, el más caro del viaje, pues en la zona la oferta hotelera es escasa.

Día 11: Cañón de Chelly y Williams (Ruta 66)

Este cañón es muy bonito, pero haciendo balance a posteriori es, creo, el menos espectacular de todos los visitados. Aun así, ya digo que es un gran cañón con miradores fantásticos.
Forma un verde valle donde prehistóricos primero e indios después construyeron sus hogares y aun se pueden ver algunas ruinas como la WHITEHOUSE.



Gente del lugar nos cuenta que es una zona pobre con un clima duro.
Un camino de unos 4 km. nos lleva hasta las ruinas, en lo más bajo del cañón, la bajada es sencilla, pero la subida es dura y con el sol más alto.
De las ruinas queda muy poco pero la excursión termina siendo muy chula.
Nuestra visita concluye probando la comida típica de la zona, un guiso y un taco navajo extraordinario, a un precio económico.

Ponemos rumbo a Williams pasando por la mítica RUTA 66.
En cuanto llegamos ya vemos lo curioso que es el pueblo y no menos pintoresco es el B&B que elegimos: el CANYON COUNTRY INN.



Empezamos el paseo por esta ciudad que parece un decorado, los restaurante, las tiendas hasta las gasolineras juegan su papel y te transportan a otra época, todo parece estar anclado en el tiempo.
El espectáculo del oeste que representan los vecinos en las calles, tampoco es nada especial, pero es curioso, si sabeis inglés, claro.


Cenaremos en el CRUISER'S CAFÉ 66, donde sus platos principales son las RIBS BBQ, amenizando la cena algo de country en directo.
Por la noche, tenemos un efecto paranormal en una de las habitaciones, un plato colgado en la pared empieza a moverse solo, lo paramos y poco a poco se vuelve a mover... el decorado de la casa aun nos sugestiona más, pero el fenómeno no se manifiesta de otro modo así que no vamos a la cama en compañía del fantasma de Búfalo Bill...

Día 12: Sedona, Jerome y Gran Cañón

Después de un gran desayuno vamos hacia SEDONA. Es un pueblo de montaña con muchas caminatas y paseos, si vais con poco tiempo, como nosotros, casi mejor no hacer la parada, porque el pueblo en sí no tiene nada.

Después vamos a JEROME, un antiguo pueblo minero. Las casas son las mismas que hace más de 100 años, aunque restauradas, pero el resultado es pintoresco. Se recorre en una mañana, en un agradable paseo.

Para ir al Parque del Gran Cañón tenemos que volver por Williams y hacemos una parada para comer en el mítico TWISTER, una cafetería ambientado en los años 50, que de nuevo nos transporta al pasado.
Y ya por fin, con mucha expectación nos vamos al Gran Cañón!!! 90 km. nos separan del parque.
Teníamos reserva para dormir en el YAVAPAI LODGE.

Con el plano del parque en la mano, plano que te dan en todos los parques, junto con detallada información de caminatas, excursiones, duración, dificultad y hora de salida y puesta de sol, planificamos la tarde.
Decidimos ir a ver anochecer al LIPAN POINT e ir parando en varios miradores de camino.
Es imposible de explicar la sensación la primera vez que te asomas al Gran Cañón. Nos quedamos todos sin palabras y contemplamos esa maravilla de la naturaleza, descomunal en tamaño y de infinitos colores, en silencio, cada uno a solas con sus pensamientos. Nada te prepara para la visión, ni las fotos, ni los documentales, nada te hace sospechar lo grandioso del lugar.



Después de esa primera impresión vamos viendo diferentes vistas del Cañón, todas ellas igual de maravillosas.
Por fin, llegamos a LIPAN POINT, una hora antes del anochecer, según la hora marcada, lo que aprovechamos para poder ver el cambio de las tonalidades y de los colores que dibujan los rayos del sol.
Hace muchísimo viento y mientras, sentados como en un teatro, esperamos a que el sol se oculte.



723.584 fotos después, el sol comienza a ponerse dejando su rastro de luz y color tras de si, añadiendo teatralidad al momento una tormenta al fondo, con rayos. Algo único en el mundo, en un escenario incomparable.
Nos vamos pronto a descansar porque queremos madrugar y ver el amanecer en el mirador de YAVAPAI, que está previsto para las 5:23 a.m.

Día 13: Gran Cañón y Williams

Temprano y sin desayunar llegamos a YAVAPAI POINT, donde nos hacemos un hueco pues ya hay atrevidos como nosotros que han madrugado para ver como el sol sale.
Si tuviera que elegir, sin duda la puesta de sol fue más espectacular, pero estamos en el Gran Cañón y hay que aprovechar cada minuto allí. Otras miles de fotos después nos vamos a reponer fuerzas con un café y zumo para todas las emociones que nos esperan en el día.

Dejamos el hotel y nos dirigimos al exterior del parque donde tenemos reservado vuelo en helicóptero a las 9, con Papillon.
Te colocan según el peso y tengo la gran suerte de ir en el asiento del copiloto, con una visión privilegiada del Gran Cañón.
Ponen una explicación en español por los auriculares, pero no se oye bien, aunque da igual pues lo importante son las magníficas vistas.
Cruzamos de lado a lado el cañón y vemos otras perspectivas diferentes, es un viaje muy recomendable.



Ya de regreso al parque, nos disponemos a hacer la caminata que comienza en Yavapai y termina en Hermist Rest, por la orilla del cañón. Bajar hasta abajo y subir requiere todo un día, hacer noche y volver a subir, lamentablemente no tuvimos sitio para dormir abajo y nos contentamos con hacer este paseo, y no nos decepciona.


Si te cansas puedes coger el autobús gratuito e ir bajando en los miradores y se hace más comodamente, pero ir todo el rato por el borde del cañón es algo irrepetible.

La vuelta hasta el aparcamiento sí que la hacemos en el bus y cogemos el coche para dormir otra vez en
Williams, alojados en el mismo B&B que las noches anteriores. Son otras habitaciones igual de cómodas.

Compramos cena en el Safeway del pueblo y cenamos en el porche, después tomamos unas cervezas en un garito cercano y muy americano.

Día 14:Mojave National Preserve y Palm Spring

Mojave es el desierto más grande de Norteamérica y nos presentamos a las puertas de este enorme desierto con la reserva del depósito encendida¡!.
Así que lo primero es hablar con un ranger que nos dice que, primero: la gasolinera más cercana está a 35 millas y segundo: que si nos quedáramos sin gasolina por el camino, no habrá cobertura. Hace una llamada y advierte a un compañero de nuestra situación y nos dice que en cuanto estemos en una gasolinera le llamemos para no movilizar a los rangers para que vinieran al rescate. Sintiéndome absolutamente como una turista ridícula y poco precavida nos vamos a la gasolinera que nos han señalado en el mapa y por suerte llegamos, no sin un buen rato de angustia por mi parte.
Después de este mal trago ya podemos disfrutar del inhóspito paisaje, del mayor bosque de Joshua Tree y de la desolación de esta reserva nacional, que no deja de tener su encanto especial.
Tras esta aventura dormiremos en Palm Spring. Al llegar a esta ciudad del desierto, te reciben miles de molinos de viento, una imagen un poco inquietante a pesar del encanto del que las guías de viaje quieren dotarlo.
Nuestro GPS nos lleva hasta la puerta del ANDREAS HOTEL & SPA, donde pasaremos la tarde en su piscina hasta la hora de la cena, ya que pasear por esta ciudad es imposible por el calor, a pesar de que las calles dispersan agua vaporizada y nosotros somos de una tierra con un verano muy duro.
Cenaremos en el MIRASOL, un restaurante mexicano que salvo sus carísimas cervezas no está mal.

Día 15: Joshua Tree y Santa Mónica

El camino de hoy nos lleva hasta JOSHUA TREE NATIONAL PARK, un parque con un paisaje extraño pero de gran belleza. Con árboles de Joshua y enormes piedras amarillas surgiendo del suelo dando una imagen abstracta y lunar a nuestro itinerario.

La primera ruta andando de hoy, Hidden Valley, corta a simple vista. Se trata de un sencillo y agradable camino entre las rocas, los cactus y los Joshua Tree. Pero hay que orientarse bien, pues parece ser que no está del todo bien indicado y hubo gente que se perdió y empezó a dar vueltas en círculo, había más personas en esa situación pues se empezaron a encontrar más de una vez y a la tercera ya estaban todos un poco acongojados pues no sabían salir del circuito.
Nosotros esperábamos en el parking ya preocupados por la tardanza de nuestros compañeros, todo quedó en una anécdota de tres cuartos de hora.


La siguiente caminata es Baker Dam. El paseo comienza por unos criptográmas de los indios, pero resulta que lo que vemos son grafitis modernos, los verdaderos están debajo, así que resulta un poco decepcionante. El camino sigue siendo muy bonito y por suerte el sol no aprieta.
Lo más sorprendente al llegar a la presa es ver el agua en mitad del desierto y sus habitantes... patos!!!
De pronto comienzan a caernos unas gotas de lluvia gordas, alguna más y ya echamos a correr, la lluvia toma fuerza y seguimos corriendo, ya empapados. Al principio se agradece pues el agua nos refresca pero de repente se oye un rayo que cae cerca de donde estoy yo y entonces pongo el turbo y a correr!!!
Cuando llego al coche ya está dejando de llover y sumamos otra experiencia: Chaparrón en el Desierto. Con el calor nos secamos muy pronto.

Ya saliendo pararemos en el Cholla Cactus Garden. Unos curiosos cactus que saltan a los imprudentes que se acercan demasiado. Otra visita recomendable.


Salimos del parque y vamos a comer unas hamburguesas en el Pappy & Harriet's Pioneertown Palace, en PIONERTOWN. Es un pintoresco restaurante en un pueblecito donde se ha rodado alguna película. Las hamburguesas, en general en el país, y en concreto en este restaurante son muy ricas y enormes, las patatas fritas con queso gratinado son un delicioso descubrimiento.

Y ponemos rumbo a la jungla... porque eso es lo que nos parece entrar en Los Ángeles, en un laberinto de autopistas y unos atascos que nos reciben a la llegada. Y todo esto a unos 20 km antes de llegar a LA.
Nos salvó el GPS porque si no, no se si habríamos llegado a Santa Mónica, donde pensamos pasar las dos últimas noches.
Nos decidimos por un Super 8, no muy lejos de allí, donde dejamos todo y salimos a explorar Santa Mónica.
Tras aparcar en un aparcamiento de 8 plantas, vamos a la Third Street Promenade. Paseo peatonal y calle comercial por excelencia, con mucho ambiente, animación, tiendas y restaurantes.
Cenamos en una hamburguesería, probamos los famosos batidos americanos y los camareros hacen un amago de coreografía con la música, se ve que no muy ensayada. El restaurante tiene una decoración años 50, casi más auténtico que el Twister de Williams.

Día 16: Último día en Los Ángeles

Aquí es donde sacaremos más rentabilidad al GPS, ya que si no es por él aun estaríamos perdidos en esa maraña de autopistas de la enorme ciudad y nuestro día va a ser maratoniano.
Vistiamos UNION STATION, construida en 1939 y escenario de numerosas películas y series; cruzando ALAMEDA STREET llegamos a PUEBLO DE LOS ÁNGELES, aquí, en Olvera St. numeroso puestos callejeros te trasladan a México, mariachis y vendedores ambulantes lo hacen posible. En esta calle se encuentran las casas más antiguas de LA, también se puede visitar la Old Plaza Church, construida en 1818.

Vamos a GRIFFITH PARK, el mayor parque urbano del país, donde, desde su famoso observatorio Griffith vemos el archiconocido letrero de HOLLYWOOD, icono de la ciudad, y una impresionante vista de Los Ángeles y su downtown.



Bajando la colina nuestro camino nos lleva a HOLLYWOOD. ¿Quién no ha visto alguna vez el Hollywood Walk of Fame? Es un entretenido paseo entre sus 2.000 estrellas de bronce, buscando unas y otras, haciendo cientos de fotos. Viendo lugares míticos como el Teatro Kodak y la imponente imagen del Mann's Chinese Theater, el auténtico monumento de la calle y donde las estrellas del celuloide han grabado sus huellas de pies y manos en el cemento, además de algún ingenioso, o no, comentario. Buscamos símbolos e iconos como Marylin, Sofía Loren, Will Smith...





Para comer vamos a FARMERS MARKET, un conjunto de más de 100 puestos que sirven comida para todos los gustos: comida china, un kebab o algo de sushi forma nuestro menu de hoy.

Alberga también una calle peatonal muy bonita, con restaurantes y tiendas lujosas... aunque nada comparado con RODEO DRIVE.
Aparcamos gratis durante las dos primeras horas, en un aparcamiento de la zona y nos deslumbramos con la calle de compras más famosa del mundo, aunque nuestro presupuesto se aleja bastante de lo que aquí se puede adquirir.
Programamos el GPS para que nos lleve a la "llanura del dinero": BEVERLY HILLS. Un paseo decepcionante ya que, a pesar de pasar por la puerta de mansiones tan conocidas como la de Tom Cruise o la de Playboy, no acertamos a ver más allá de las verjas, setos, muros y puertas, por otro lado lo más normal del mundo, claro, no iban a estar los famosos expuestos a nuestras cámaras e indiscretas miradas, no?
Nos pusimos a seguir a una furgoneta de estas que hacen tour por las casas de los famosos y parábamos donde ellos paraban, pero el resultado es el mismo así que ponemos camino a Santa Mónica, bajando por Sunset Boulevard desde Bell-Air en un paseo muy bonito.

Aparcamos de nuevo en un parking gratuito las dos primeras horas y caminamos hacia el famoso Santa Mónica Pier, que alberga un parque de atracciones y el histórico Looff Hippodrome, tiovivo donde montaron grandes estrellas como Charlie Chaplin o Mae West.
El lado derecho del pier es una playa abarrotada como Benidorm en agosto, y sin rastro de los cuerpos de california por ningún lado.



Pasamos por debajo del embarcadero al lado izquierdo y ahí sí... parece otra playa, mucho más tranquila vemos gente corriendo, patinando y haciendo deporte. Ese sí que es el concepto de playas de California que todos teníamos, hasta sus vigilantes están ahí, parece que formando parte del decorado de la famosa serie. Mucho tatuaje, músculo y fantásticos cuerpos nos despiden cuando nos vamos al motel, a regalar nuestra nevera que tan buen papel nos ha hecho durante todo el viaje.
Ponemos fin a nuestra aventura en el oeste cenando un buen pollo a la parrilla.
Ha sido un gran viaje, un camino largo y lleno de sorpresas y fabulosos paisajes. Algunos hemos dejado atrás prejuicios que nos hacían recelar del país y de sus gentes y todos nos vamos con unas expectativas más que superadas en todos los sentidos.

Si quereis saber cómo empezó esta aventura: Road Trip I parte y Road Trip II parte

Hoteles
  • Motel 6 - Page. Cadena de moteles sencillos pero correctos. Invitan a café 
  • Best Wester CANYON DE CHELLY INN. En comparación con el resto de los moteles y hoteles es muy caro. Está limpio y tienes cafetera en la habitación, tiene un restaurante donde puedes probar comida navaja.
  • Canyon Country Inn - Williams: Pintoresco Bed and Breakfast en una antigua casa de época, cuidadosamente decorada de manera rústica algunas habitaciones y otras con muebles de anticuario. Cada habitación es diferente y la casa está llena de ositos de peluche. El desayuno es muy completo y consistente y las habitaciones están muy limpias y confortables. Las encargadas son muy amables y te aconsejan.
  • Yavapai Lodge- PN Grand Canyon: cabañas muy bien equipadas, grandes (podeis aprovechar para dormir 4 si reservais una grande) cerca de uno de los miradores más famosos del Cañón, cuyo nombre ha adoptado, el Yavapai.
  • Andreas Hotel & Spa - Palm Spring: hotel con encanto, un oasis en medio del desierto, decorado estilo años 30 con potentes aires acondicionados y piscina. Habitaciones cuidadas y limpias con cafetera, artículos de aseo y desayuno completo incluido.
  • Motel Super 8- Santa Mónica: Cadena de moteles en la linea del Motel 6. Adecuados y correctos.

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