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BONE CORRE POR EL SUR DE FRANCIA

En nuestro viaje por el sur de Francia sabía que no iba a tener ningún problema para entrenar, pero no imaginaba los escenarios tan variopintos por los que he corrido, desde ciudades, hasta pueblos medievales, pasando por viñedos, campos, rios y montañas.

Mi primer entrenamiento fue al amanecer en Carcassonne. Antes de que saliera el sol salí a correr por la ribera del Canal du midi y pude ver la imponente Ciudadela medieval iluminada.  Había un circo en la ciudad y sin darme cuenta me metí por donde estaban descansando los caballos, así que di la vuelta no fuera a ser que también estuvieran por ahí las pobres fieras y nos dieramos un susto mutuo.
Lamentablemente a mi regreso hacia el pueblo no pude ver la Ciudadela amaneciendo pues estaba cubierta por la niebla. Por suerte, nos hizo posteriormente un día soleado y disfrutamos del paseo y la visita a la ciudad.

Después corrí en Albi, otra bonita ciudad de la región. Esta vez fui por la tarde e intenté localizar un parque, encontré uno pequeño y tuve que dar bastantes vueltas. A las 18 horas, cuando estaba en mitad de una de las vueltas empezó a sonar una sirena, imaginé que por ser Francia, cerrarían a esta hora, así que me dirigí a la salida, gracias a mi intuición no tuve que dormir en un banco del parque.

Ya en Toulousse, localicé un buen recorrido, de nuevo el Canal du Midi me acompañó un rato hasta la orilla del rio Garona. Llegué hasta el puente de Saint Michel y seguí por la orilla pero como no encontraba el canal de nuevo me puse a callejear, llegando hasta el Capitolio y de allí al hotel. Como era pronto cuando llegué al hotel, seguí un rato más por el otro lado del canal.

En Sarlat, ya vi que el trazado tendría muchas cuestas. Comencé a subir una montaña, rezando por si no volvía a Sarlat. Cuando ya tenía que preguntar a alguien vi una señal que indicaba que estaba solo a 2 km!!! Decidí seguir corriendo un poco más.

En Monbazillac he tenido la oportunidad de compaginar mis dos pasiones el buen vino y correr. Y es que entrenar entre las viñas es toda una experiencia. La tarde está nublada pero el tiempo me acompaña. Aprovecho y me llevo alguna botella de buen vino para mi regreso a casa, que ya queda menos pues aquí termina nuestro viaje por el Sur de Francia.


Sur de Francia: Diario de Viaje en coche

Un viaje en coche a lo largo del Sur de Francia, adentrándonos en la turbulenta historia de la vieja europa y visitando los lugares más emblemáticos que ofrece el sur de este país. Paisajes, gastronomía, cultura e historia que descubriremos en los pueblos más bellos del sur francés nos acompañarán a lo largo de nuestro viaje.

Dormir y comer en el Sur de Francia

Nuestras recomendaciones para comer y dormir en el Sur de Francia.

COMER EN EL SUR DE FRANCIA
La cocina francesa es conocida en el mundo entero como una de las más exquisitas. Lo hemos podido comprobar en nuestro pequeño recorrido por el sur de Francia, los cientos de maneras de preparar el magret, el vino de Dordoña, la pasteleria...
Salvo una sola excepción, hemos comido muy bien en todos los sitios y a un precio similar al de España. Si valoramos la presentación de los platos y los ingredientes, podríamos decir que se come a un buen precio. Un buen detalle que podrían copiar muchos sitios del mundo es que el agua y el pan es gratis y no te incluyen sorpresas inesperadas por el servicio, el cubierto ni nada más.

Nuestra primera incursión en la gastronomía gala fue en Carcassonne. Fuimos al Aubergue de Dame Carcas (3 place du Chateau). El restaurante es un sitio acogedor y en pleno centro de la ciudad medieval. Cenamos ensalada de queso de cabra asado, magret de pato con salsa de miel y confit de pato. (41 € aprox.)

Fuimos a Castelnaudary, exclusivamente a comer su famoso Cassoulet. En la Maisson du Cassoulet (24, Cours de la Republique) pedimos dos consistentes platos. El Cassoulet es un plato a base de judias blancas, confit de pato, embutido de la zona... en este restaurante lo preparan muy bien. El plato de cassoulet con una ensalada verde costaba 19€.

En el valle del Tarn es típica la tripa al azafrán y elegimos el Ambroise (4, rue de Toulouse Lautrec) en Albi para probarlas. Un coqueto restaurante un poco más caro pero con una excelente presentación de sus platos. La ensalada de mollejas y embutido del Tarn, el magret de pato con melocotón y las tripas al azafrán estaban deliciosas, aunque estas últimas resultaron un poco pesadas a lo largo de la tarde. En este restaurante son especialistas en pasteles dulces y salados y probamos el de chocolate.


Además, en Albi, compramos en su mercado cubierto vino de Galliac y queso de la zona, otro de sus grandes manjares.

En Sarlat, teníamos que celebrar una ocasión especial y Le petite Manoir nos pareció un sitio perfecto. Un restaurante sofisticado con un salón que combina lo barroco con lo moderno. El menú por 22€, consistía en una crema de calabaza con azafrán y dos tostadas de foie. De segundo el magret preparado con salsa de naranja y un "pottage" de verduras y confit estaban ambos deliciosos. El buen vino blanco de Monbazillac con la que acompañamos la cena hizo honor a su fama. Como postre no podíamos dejar de pedir el queso de la zona y un "gateau" de la casa.


Para terminar con la gastronomia, mencionar nuestro último hallazgo: Le Saint Jacques (30, rue Saint Jâmes) en Bergerac.
Un bonito lugar donde pedimos una ensalada de queso de Rocamadour y un entrecot, con copa de vino y café por tan solo 15€. El menú del día merece mucho la pena. También probamos fuera de menú nuestro último magret de canard. Muy buena comida-muy buen precio. Además hay que añadir que ofrece un gran servicio.


DORMIR EN EL SUR DE FRANCIA
Hemos ido buscando los B&B por internet uno o dos días antes de llegar a cada ciudad o pueblo. Por la época no íbamos a tener problemas pero así íbamos directos a nuestro destino sin perder mucho tiempo en buscar alojamiento. Todos ellos han sido un acierto.

En Carcassonne dormimos en el Cote Cite (81 rue Trivalle) muy cerquita de la entrada a la ciudadela.
El problema es que después de quedar a una hora de llegada, cuando estábamos en la puerta nadie nos abría. Llamé al teléfono y la anfitriona no hablaba nada de inglés y yo muy poco francés, como pude entendí que vendría en media hora.
La habitación era muy amplia, muebles y decoración de anticuario. El baño está empotrado dentro de una especie de armario, pero está bien equipado y no es muy pequeño.

La conexión a internet no funcionaba en la habitación y tuvimos que salirnos al coche a conectarnos.
El desayuno, abundante, se sirve en un salón muy bonito y bien decorado.
Recomendamos coger otra habitación que no sea la de las Hadas, ya que da a la calle y parece poco íntima.

Una de las sorpresas de este viaje fue el B&B en Albi. Lo regenta una profesora de pintura que acaba de empezar en octubre con este negocio, nosotros fuimos los primeros extranjeros y nos atendió de forma esmerada. La habitación en la planta baja de su casa es amplia y muy bien equipada. Con internet, baño, incluso hidromasaje!!! También tiene una pequeña cocina y nevera.
El desayuno fue extraordinario. Dijo que tenía entendido que los españoles desayunábamos mucho y nos agasajó con queso, jamón, bollería, zumo, café, yogurt...
Está en el 8 rue des Carmelites y no está lejos del centro, en un barrio tranquilo. Tienen una plaza de garaje a 5 minutos de su casa y nos dejaron aparcar gratis. Además, nos cobró solo 50€ por noche. Se puede reservar en Chambre d'hôtes Autan des Coleurs.
Absolutamente recomendable.

En Sarlat elegimos La Maison du Notaire Royal, (4 rue Magnanat) un antiguo caserón medieval, al que se le añadió parte de otra casa en el s. XVII. Su orgulloso dueño te enseña la casa y te cuenta toda su historia.
La habitación es enorme, con suelos y muebles antiguos.
El desayuno es correcto, no tan abundante como los anteriores, pero está bien. También disponen de internet en las habitaciones y de todo tipo de información de la zona.




Por último, La Muscadelle, (Monbazillac, cerca de Bergerac) no puedo imaginar otro lugar mejor para terminar nuestro viaje por Francia.
Lo regentan una pareja de ingleses cuyo sueño se vió cumplido al trasladarse a vivir a la Dordoña. La casa, en medio de los viñedos de Monbazillac es ideal para descansar, para visitar bodegas y para hacer alguna cata en los numerosos chateaus que la rodean.
La habitación esta decorada con gran gusto, es amplia y equipada con todo lujo de detalles. El jardín es muy bonito y dispone de piscina de la que por la época no pudimos disfrutar.
El desayuno es abundante y a los anfitriones les encanta contar sus historias y escuchar las tuyas. Te dan toda la información que necesitas y son muy amables. Un lugar para repetir y por supuesto para recomendar.


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