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Procesión del Santo Entierro en Zaragoza

Sean cuales sean tus creencias, la procesión del Santo Entierro que se celebra en Viernes Santo en Zaragoza no deja indiferente a nadie.
Declarada "Fiesta de Interés Turístico Nacional" en ella se dan cita todas las cofradías, 24 en total, de la capital aragonesa. Las calles del casco histórico de la ciudad tiemblan con los tambores y se estremecen por la solemnidad de la procesión, sin exaltaciones, sin dramas, simplemente dan paso a la sobriedad que nos caracteriza a los aragoneses, a las emociones contenidas y a la tradición de esta procesión.
Aquí podéis leer la historia de esta bellísima procesión: Semana Santa en Zaragoza.
Y símplemente os dejo una muestra de lo que ha sido este año en imágenes la Procesión del Santo Entierro de Zaragoza:





















Motonieve en Hoz de Jaca (Huesca)

De nuevo, otra escapada por nuestra tierra, que tiene mucho que ofrecer. 
Este fin de semana, hemos elegido Panticosa para pasar la noche y al día siguiente un poco de aventura en lo que será una excursión de una hora en motonieve por el vecino pueblo de Hoz de Jaca.
Después de retrasar un par de veces esta aventura por el temporal, que este año se ha retrasado algo, por fin salimos hacia el Pirineo a darle un poco de gusto al cuerpo.
Llegamos a Panticosa alrededor de las 19 horas. Es un bonito pueblo del Pirineo Aragonés, que en invierno se transforma en campo base para los muchos esquiadores que se acercan a sus pistas a practicar su deporte favorito. Parece que seamos los únicos que no llevamos esquís y en el hotel se extrañan de que no necesitemos taquilla para guardarlos.
Dormiremos en el Hotel Navarro, en la Calle San Miguel nº 12 por 62€ la habitación.
Es un hotel bastante acogedor, con habitaciones bien equipadas y el baño totalmente reformado, con buena ducha hidromasaje para comenzar un día de nieve con fuerza. También hay wifi gratis en todas las habitaciones.

 


Después de habernos instalado, salimos a pasear por el pueblo, aunque ya ha oscurecido y el frío aprieta hay gente por la calle.
Si vas bien abrigado, los 7 bajo cero no molestan, porque no había viento, habíamos dejado el Cierzo más al sur, esperándonos en casa para nuestra vuelta.
Tomamos unas cervezas en el Molly Malone y después decidimos cenar en el Meson Sampietro. Elegimos una ensalada y unas patatas asadas con cebolla, plato típico de la zona, como entrantes y luego unas costillas de cordero y un entrecot de ternera a la brasa como platos fuertes. De postres, tarta de queso, mouse de chocolate y cuajada de oveja, todo casero.
La comida muy casera y rica, pero el precio nos pareció un poco elevado, 100€ cuatro personas, pero hay que tener en cuenta que es temporada alta y eso se paga en la zona. Salimos satisfechos y directos a la cama.
Amanece en Panticosa y después de una buena ducha bajamos a desayunar a la cafetería del hotel. El desayuno no nos entraba en el precio de la habitación, pero por 11€ desayunamos los cuatro con bollería y cafés.


Y ya pusimos rumbo a Hoz de Jaca, donde habíamos quedado con los chicos de la motonieve. Es un pueblo pequeñito pero encantador, con un bar donde esperamos a nuestros guías.
A nuestro grupo se unieron dos parejas más y después de equiparnos con cascos y gafas, aquellos que los necesitaban, en dos 4x4 subimos por los caminos que nos llevarían hasta las motos, que ya nos estaban esperando relucientes.
Después de unas instrucciones básicas del manejo de las motonieves, en fila, nos dispusimos a recorrer los caminos montañosos y nevados, en un entorno salvaje y maravilloso.


Esta temporada, la nieve ha sido escasa, así que no podemos hacer el recorrido completo que va desde Hoz de Jaca a Panticosa, no obstante, los guias buscaron alternativas y nos llevaron a varias campas nevadas para que pudiéramos hacer un poco el loco y poner las motos a tope, hacer algún quiebro, y divertirnos que es a lo que habíamos ido, en definitva.



 


La experiencia nos encantó a todos y seguramente repetiremos, sentir la velocidad y la nieve en la cara, con vistas a las grandes montañas y bosques nos dejó muy buen sabor de boca.
Volvimos hasta nuestros coches, pero antes tomamos unos cafés para calentarnos, sobre todo pies y manos que es lo que más había sufrido y bajamos a comer a Biescas, uno de los pueblos principales de la zona.
Damos un corto paseo, compramos queso de la zona de Guara que nos encanta y comeremos el menú del día en el Hotel Casa Ruba, establecimiento con solera. El menú por 15€ consta de tres platos y postre, también comida casera muy rica, sobre todo, las migas a la pastora y los rulos de longaniza, que estaban de muerte.

 


Salimos casi rodando del restaurante y con pocas ganas de coger carretera, pero en poco rato estaremos en casa. Solo falta una parada en la panadería de Lanave para aprovisionarnos de las tortas de calabaza que son increibles para llegar a la ciudad del cierzo, cansados pero muy contentos por el gran fin de semana que hemos pasado.
Datos y direcciones de interés:
- NIEVE EN MOTO
www.nievenmoto.com/inicio
- HOTEL NAVARRO
C/ San Miguel 12
Panticosa (Huesca)
www.hotelnavarro.com

-HOTEL CASA RUBA
C/ Esperanza 18-20
Biescas (Huesca)
974 485001


Saborea Zaragoza


De nuevo otro sábado de actividades gastronómicas en Zaragoza.
Después del éxito del CHOCOTOUR nos apuntamos al SABOREA ZARAGOZA. Una visita matutina por los sabores zaragozanos.
La visita comienza en el Torreón de la Zuda, donde se ubica la oficina de Turismo justo al lado de las MURALLAS ROMANAS, muy cerquita de la Plaza del Pilar.
Como llegamos con bastante tiempo, subimos por primera vez en nuestra vida (que vergüenza) a lo alto de la torre, desde donde tienes bonitas vistas del casco histórico y del Tranvía de Zaragoza, y dispones de explicaciones de las culturas que habitaron la ciudad a lo largo de su dilatada historia. También pudimos ver con tristeza el escaso caudal de nuestro querido río Ebro, cuya imagen era desoladora.
Pero, en fin, sigamos con la visita que es lo que importa.
A las 11 horas nuestra guía se presenta y nos explica el recorrido que vamos a hacer.
Comenzamos por la “Calle Indiscreta”, un aula medioambiental del Gobierno de Aragón, donde nos explican algo de historia de la ciudad desde los romanos a los cristianos, pasando por los musulmanes. Todo ello relacionado con la agricultura de la zona y orientado hacia un consumo sostenible y más amable con el medio ambiente al que hemos maltratado mucho con pesticidas, sobreexplotación, tala indiscriminada, etc.
Después nos situamos junto a la estatua de Cesaraugusto, bajo el arco que ubica la antigua puerta de Toledo, para escuchar cómo aquí se ubicaba el mercado medieval de alimentos y artesanía, y luego cruzar la calle y adentrarnos en el Mercado Central de Zaragoza.
El Mercado Central se levanta en el mismo lugar que ocupaba el mercado antiguo. El edificio, inaugurado en 1903, modificó el entorno de la plaza y para ello hubo que derribar parte de las murallas romanas con dinamita. Es una de las tristes historias de esta ciudad que muchas veces ha destruido monumentos en aras al desarrollo, como veremos más tarde en la visita también.
Después de varias curiosas observaciones que habíamos pasado por alto toda nuestra vida, vamos hasta la Plaza San Felipe, para visitar un local mítico en la ciudad: MONTAL. Lo que empezó siendo una tienda de ultramarinos fundada a principios del s. XX, se ha convertido en una tienda gourmet, bodega, restaurante y museo.

Pararse en su escaparate ya es tradición para muchos Zaragozanos.

Nosotros fuimos unos privilegiados y pudimos ver este exquisito palacete renacentista reconvertido, un placer para los que disfrutamos con la gastronomía.
Además, sus bajos alojan un museo a la Torrenueva. Otro de los crímenes contra nuestro patrimonio. Se trataba de una torre mudéjar cuya característica era su inclinación, que se produjo al poco de su construcción, probablemente debido a que la parte sur de la torre fraguó más rápidamente que la parte norte.

Pues bien, algunos siglos después los comerciantes de la zona no estaban muy satisfechos con la torre, pues “envejecía” el entorno y querían darle un aspecto más nuevo y comercial a la ciudad. Se dejó correr el bulo de que la torre corría el riesgo de derrumbarse y había que derribarla antes de que ocurriera una desgracia.
Se permitió a los ciudadanos de Zaragoza que subieran a lo más alto para que se despidieran de este edificio emblemático. El aluvión de visitas que recibió permitió ver por un lado el cariño que los zaragozanos albergaban hacia la torre y segundo que el edificio resistía y no era del todo cierto que entrañara ningún peligro. No obstante la fuerza de  los comerciantes superó la del pueblo y de la torre sólo conservamos una marca en el suelo dónde antaño se ubicó.
Pero ya podemos empezar a degustar las delicias de nuestra tierra.

Comenzamos con un buen jamón de Teruel acompañado por un Viñas del Vero. Después unas deliciosas migas con uva y longaniza muy bien cocinadas, por cierto.

Caminamos por las estrechas calles del “Tubo” zaragozano para terminar la mañana en otro local con solera: Bodegas Almau (C/ Estébanes nº 9). Regentado por la cuarta generación.

En sus bajos nos tienen preparado un vino de Borja acompañado por un montadito de morcilla y piquillos y su especialidad: unas anchoas en salmuera riquísimas.

El local comenzó siendo una bodega, donde se vendía vino, después se reconvirtió hacia la rama de la hostelería y sus actuales regentes además lo han orientado hacia la cultura y siempre tienen actos o exposiciones entre sus paredes.
Así terminamos la ruta, pero no podemos irnos a casa sin tomarnos unos huevos rotos en el vecino “Doña Casta”. Esta es una recomendación personal a todos los que paséis por Zaragoza. Siempre que estamos por la zona, nos pedimos un buen plato, nuestro favorito con longaniza, pero los hay con foie, gulas, etc, para todos los gustos.
Y ya que estáis por el Tubo, cualquier local hará vuestras delicias.
¡Buen provecho!

Un Chocotour en Zaragoza





El pasado sábado nos apuntamos al Chocotour que ofrece Turismo Zaragoza y la experiencia se convirtió en una agradable y entretenida mañana de degustación de chocolates y aprender cosas curiosas sobre el chocolate y nuestra ciudad.

El punto de encuentro se ubica en la Lonja de Zgz. Maravilloso monumento del renacimiento en la misma Pza del Pilar que ha pasado de ser Lonja de mercaderes a Sala de Exposiciones del Ayuntamiento de Zaragoza.

Aquí nos introducimos plenamente en la historia del chocolate, nos cuentan cómo entró en Europa a través de un monje español y de cómo el Monasterio de Piedra se convirtió en un lugar precursor en el continente en la fabricación de lo que ahora consideramos un manjar.

Seguimos paseando por la Calle Alfonso, parándonos en Churrería La Fama, ubicada en un edificio que es todo un monumento, que aunque no entra en el recorrido es un lugar digno de mención por la calidad de su chocolate, porras y churros.

Nos paramos en la Pza. Sas donde vemos una maqueta de cómo era la Calle Alfonso medieval, que no era sino un cruce de calles y callejuelas, no convirtiéndose en la señorial calle que ahora conocemos hasta más adelante.
Ya ansiosos por empezar a probar algo del rico dulce que da nombre a nuestro tour nos adentramos en Valor. Bajamos a su salón – bodega y recibimos cuatro chupitos de chocolate a la taza: blanco, francés, español y otro más espeso y dulzón. Mientras hacemos la degustación nos cuentan algo sobre la historia de la casa y de su fábrica. Los chocolates estaban deliciosos.


Tomamos rumbo por Méndez Nuñez para llegar a la Calle Don Jaime. Allí, en Capricho, recibimos una lección magistral sobre la plantación, recolección, secado y preparación del chocolate antes de llegar a Europa. Después, todos atentos al obrador, algo mágico comienza a ocurrir y es que el maestro chocolatero comienza a manejar el chocolate y a prepararnos unas piruletas de chocolate con peta-zetas… ¡Que cosa tan rica!
Unos toques mágicos....
Tachaaaaaaaaaan... PIRULETA CON PETA ZETAS

Terminada la “clase” subimos un poco la calle y entramos en Fantoba, una pastelería que abrió sus puertas allá por el año 1856 y que conserva toda su decoración casi imperturbable con el paso de los años.

Aquí preparan de forma artesanal las mejores frutas de Aragón que nunca he probado. Es un dulce que nunca me ha gustado de forma especial. Los venden en las tiendas de souvenir y pastelerías del centro, pero estas son realmente deliciosas. A todo aquel que pase por Zaragoza y quiera probarlas que se acerque a la Calle Don Jaime, en pleno casco histórico de la ciudad. Es fruta escarchada bañada en chocolate. Pudimos probar cuantas quisimos, además de guindas al marrasquino y nos obsequiaron con una bolsita con frutas de Aragón para llevarnos a casa.

Volvimos de nuevo hasta la Pza. Sas y ya para finalizar la visita, que mejor que un helado de Praliné con cookie en el fondo, servida en Häagen – Dazs. Un helado de alta gama que nos dejó un buen sabor de boca.

Es una visita totalmente recomendable, para todos los públicos, tanto residentes como foráneos y sobre todo y como dicen en mi tierra para LAMINEROS de verdad. Nadie saldrá defraudado.

Feliz Chocotour a todos!!!

Ruta Gastronómica por La Rioja


En anteriores incursiones a nuestra comunidad casi vecina habíamos tenido la oportunidad de visitar bodegas como MARQUÉS DE RISCAL, MARQUÉS DE CÁCERES y el MUSEO DE LA CULTURA DEL VINO DINASTÍA VIVANCO, en Briones.

La primera en plena Rioja Alavesa es una bodega con solera que nos ofreció una visita guiada que terminó con una cata de varios de sus vinos. Impresionante la colección de botellas de vino de todos los años que poseen.

El Museo de Briones es una entretenida visita que te adentra en el mundo del vino, la cosecha, la fabricación de barricas, los corchos, olores y colores, etc. En su restaurante degustamos un menú riojano con vistas a los viñedos.

Marqués de Cáceres, en Cenicero, también nos obsequió con una visita y una degustación de sus grandes vinos.

En esta ocasión no hemos visitado bodegas pero si hemos hecho turismo gastronómico por la C/ Laurel y adyacentes de Logroño y algún menú típico riojano por los pueblos de la zona.

Mencionar la C/ Laurel es nombrar la catedral del pincho en Logroño (“pintxo” al norte del Ebro, “pincho” al sur).

Bares míticos como el Perchas en la Travesía del Laurel, donde su único pincho: la oreja de cerdo rebozada, es un manjar que su regente te sirve con orgullo.

En la C/ San Agustín 14, La Gota de Vino te ofrece el “Zorropito” un bocadillo de lomo con jamon york y queso aliñado con un suave ali-oli, simplemente exquisito.

Seguimos por el Pata Negra con un bocadillito de jamón y queso de tetilla caliente o por unos consistentes rotos de chistorra o morcilla en Los Rotos (no aptos para estómagos delicados), que también los podéis probar en otro establecimiento gemelo, en la C/ San Juan, cerca de la concatedral.

Unos pintxos de champi o sepia en el Bambi, otro bar con solera, donde la sepia tampoco es para perder el sentido pero los champis los hacen bien.

Mucho mejor estaban los champis y la sepia en La Cueva en la C/ San Juan, que parece ser que es la calle donde tapean los logroñeses intentando alejarse de la concurrida y turística c/ Laurel.

En esta misma calle merece una mención especial el pincho de tortilla con picante del Rey de la Tortilla, ojo con el picante, sólo es un aviso.

Y volviendo a la calle Laurel una visita al Casa Pali con sus dos crepes estrellas la de queso, setas y gambas y la de solomillo, champiñón, cebolla caramelizada y reducción de pimiento del piquillo, mucho mejor esta última.

Y para terminar nuestro resumen de estos días de tapas un pincho mítico: el “Tio Agus” del Bar Lorenzo, con su salsa especial es uno de los mejores de la zona.



Por la noche en Sorzano, nos alojamos en la Posada del Arriero y cenamos en su restaurante que es una pequeña joya oculta. En su elegante comedor nos sirvieron una ensalada con setas y jamón, aderezada con queso idiazábal; como platos fuertes una lubina al orio y unos solomillos ibéricos con salsa de hongos. Los postres no nos iban a dejar indiferentes: una tarta de queso caliente y una torrija con helado de violetas. Regado con un Baigorri rosado. El precio fueron unos 70€. No es barato pero la calidad era extraordinaria. Poseen un menú degustación por 25€ y las bebidas aparte.
Los Postres del Arriero
 

Un lugar recomendable para una ocasión especial y su posada también es un agradable sitio para descansar después de un día de turismo.

La habitación doble cuesta 72€ si coges desayuno, que sirven por la mañana en su pequeño comedor y consiste en café, infusiones, zumo, tostadas y bollería tradicional: madalenas, bizcochos, pastas o rosquillas. (hab. 60€ sin desayuno)

El lugar está decorado con gran gusto, la habitación que nos tocó es amplia y tiene un baño grande en el pasillo que es privado, no compartido, y posee todos los complementos necesarios.

Para terminar nuestra ruta, y después de una visita a los dos Monasterios de San Millán de la Cogolla, Yuso y Suso, nos acercamos hasta Nájera para finalizar nuestro periplo gastronómico por La Rioja con un consistente menú a base de Patatas a la Riojana y unas costillas de cordero. Muy buena cocina riojana en Los Parrales en la C/ Mayor a un precio bastante asequible dada la calidad de la comida: 18€ el menú consistente en los dos platos con vino, agua y postre. Total unos 40€ los dos.

Loarre y Riglos: dos joyas de la provincia de Huesca

... un pequeño homenaje a mi tierra.

LOARRE

Una de las fortalezas militares, posterior monasterio, mejor conservadas que podemos ver en toda Europa. Perteneciente al Reino de Aragón es considerada una obra maestra del románico.
Y es cierto que desde que tomas el desvío y comienzas el ascenso, su imponente silueta asombra a todos. A mi misma a pesar de haber estado allí muchas veces, cada vez que subo su estampa me impresiona.
Recomiendo a todo el que pase por la zona o visite Zaragoza que guarde un tiempo para acercarse a este maravilloso castillo a 1,5 horas de la capital aragonesa.










RIGLOS

No muy lejos de allí encontramos otra maravilla, esta vez de la naturaleza. Los mallos de Riglos, imponentes formaciones geológicas apreciadas por escaladores y amantes de la montaña y del senderismo.
A sus pies se encuentra el pueblo de Riglos y discurre el rio Gállego.
Los enamorados de los animales pueden ir a disfrutar de las vistas al mirador de los Buitres y no se verán defraudados, ni por los ellos ni por los mallos.







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