"No es el martillo el que deja perfectos los guijarros, sino el agua con su danza y su canción." Tagore
Hay un lugar precioso en la sierra del Sistema Ibérico, a 120 km de Zaragoza, en el termino municipal de Nuévalos, perfecto para una escapada desde Zaragoza.
Se trata del Monasterio de Piedra,
un parque natural donde el agua es la protagonista principal, un lugar
sorprendente pues es como un paraíso inesperado y sorprendente.
Cuando Monasterio de Piedra nos
propuso visitarlo nos pusimos en marcha y elegimos uno de los momentos más
bellos del año para acercarnos allí. El otoño.
Teníamos nuestras dudas, pues el
verano se estaba alargando y no sabíamos si los colores del otoño habrían
llegado ya. Enseguida disipamos nuestros temores. La estación más bonita del
año, en mi opinión, estaba allí en su máximo esplendor.

Las fotos que íbamos haciendo
eran increíbles por su colorido y su belleza, no dábamos crédito ante una gama
tan extensa de amarillos y ocres, salpicados por naranjas y verdes.
Un lugar perfecto donde viajar con niños. Pequeños y mayores disfrutarán viendo el agua brotar y caer en
cascadas espectaculares con una potencia brutal o correr apaciblemente en
arroyos y pequeños regueros surcando la piedra.


Se trata de un paseo sencillo, de unas dos
horas y media que nos conduce por subidas y bajadas asequibles, hacia una sucesión de cascadas, grutas y lagos
precioso, entre frondosas extensiones de bosque.


Otra visita que el día nos deparaba era el monasterio cisterciense que junto con Veruela y Rueda son los ejemplos perfectos y principales muestras de este orden en Aragón. Haríamos la visita
guiada al recinto monástico, que sale cada cuarto de hora más o menos y que
desde luego merece la pena para conocer la apasionante historia del lugar.
Fundado por la orden del Císter,
a demanda de D. Alfonso II de Aragón y su esposa Doña Sancha, fue construido en el sobrio románico y con pinceladas de gótico en sus inicios, para apropiarse del barroco en sus siglos posteriores. Lo que vemos es el trabajo de
una gran obra de restauración ya que el monasterio fue abandonado durante
algunos años debido a la desamortización de Mendizabal, antes de pasar a manos privadas, y en ese tiempo fue duramente
saqueado. La mayoría de sus estatuas han sido decapitadas y mutiladas y aun
podemos verlas así en nuestros días.
![]() |
El claustro del cenobio es un lugar relajante. La parte de arriba es una hospedería |
La cubierta de la iglesia está
totalmente desaparecida, debido también a estos actos de pillaje, y sin
embargo, el monasterio transmite una belleza abrumadora.
También se visitan el Museo del Vino D.O. Calatayud y el Museo de Carruajes.
El conjunto ha sido declarado Monumento Histórico-Artístico de Interés Cultural.
No podemos sino recomendar esta visita, pues es un paraje incomparable natural y cultural para disfrutar en todos los sentidos.
![]() |
El ábside y las capillas laterales de la iglesia |

En la visita veremos
el claustro, con un precioso y apacible jardín en su centro y cuya parte de
arriba pertenece a un hotel.
![]() |
Los corredores del claustro con sus arcos apuntados |
La sala capitular, sorprende por su impresioante fachada compuesta por ventanales y finas columnas, era lugar de lectura del capítulo y
de muchos actos importantes en la vida de los monjes.
La iglesia, el pasadizo de los Conversos; la cocina conventual, lugar donde se elaboró por primera vez en Europa chocolate allá por el año 1535 y el gran refrectorio que aloja una réplica del Retablo Gótico-Mudejar Tríptico Relicario del Monasterio de Piedra, con escenas de la vida de Jesús y de la Virgen maravillosamente pintadas y cubiertas con oro.También se visitan el Museo del Vino D.O. Calatayud y el Museo de Carruajes.
El conjunto ha sido declarado Monumento Histórico-Artístico de Interés Cultural.
No podemos sino recomendar esta visita, pues es un paraje incomparable natural y cultural para disfrutar en todos los sentidos.